Unión de Uniones ha trasladado este martes al Ministerio de Agricultura sus impresiones sobre la situación de la campaña en el sector de fruta dulce y sus propuestas para equilibrar el mercado, sometido a crisis continuas desde hace varios años, considerando fundamental medidas como la corrección del funcionamiento de las OP, el plan de arranque o la reconversión varietal para adaptar la oferta y fomentar la apertura de nuevos mercados exteriores.
En la reunión, mantenida con el Subdirector General de Frutas y Hortalizas y Vitivinicultura, Ignacio Atance, los representantes de las zonas productoras han puesto de manifiesto que, pese a los altos precios que pagan los consumidores en destino, los precios en origen al agricultor, aunque algo mejores de los nefastos de la pasada campaña, no están al nivel que deberían teniendo en cuenta que la cosecha es un 20% más corta que el año pasado.
Tanto el Ministerio como la organización coinciden en que es una campaña un tanto atípica, con un inicio retrasado y con problemas de calidad en algunas frutas debido a las inclemencias climáticas, lo que ha provocado precios inestables en las primeras fases de la recolección que en algunas producciones se siguen arrastrando. No obstante, la preocupación principal de Unión de Uniones es que, por unas u otras razones, los fruticultores llevan sufriendo crisis continuas en los últimos años en una situación que es ya estructural.
Revisión del funcionamiento de las OP
En este sentido, se han repasado las diferentes medidas incluidas en la Estrategia para el sector presentada el pasado mes de marzo y que aún no acaba de ponerse en marcha. El Ministerio ha hecho hincapié en su apuesta por la vertebración del sector y la concentración de la oferta a través de Organizaciones de Productores y sus Asociaciones, con volumen suficiente para influir en la estabilidad del mercado.
No obstante, Unión de Uniones ha recordado que depositar toda la responsabilidad de equilibrar el mercado en estas entidades es dejar a la mitad de la producción de fruta dulce, que no opera a través de OP, al margen de la gestión. Por otro lado, la organización mantiene que habría sanear aquellas OP que se han venido constituyendo en estos años promovidas por grandes centrales y que se aprovechan de las ventajas del sistema en fraude de ley, no mejorando la posición de los productores en el mercado, sino directamente haciéndoles la competencia. Unión de Uniones ha pedido flexibilidad en el reconocimiento y funcionamiento para que más OP puedan surgir directamente a iniciativa de los productores y para que éstos no se encuentren atados en su permanencia a una OP cuando la misma no funciona correctamente.
Plan de arranque y reconversión varietal
Asimismo, Unión de Uniones, ha insistido al Ministerio en sacar de la producción, mediante planes de arranque y de reconversión selectivos, determinadas variedades que en épocas del año concretas inducen picos de producción que alteran y distorsionan el conjunto del mercado. En opinión de Unión de Uniones, el dinero destinado por la Unión Europea a retiradas extraordinarias tendría un mayor efecto sobre la recuperación del mercado, y de manera más permanente, si se utilizase en estas medidas.
Otras cuestiones puestas sobre la mesa han sido la necesidad de recuperar mercados exteriores, tener instrumentos para un mejor conocimiento del sector en cuanto a potencial productivo, introducir medidas que eviten la entrada en el mercado de destríos y calidades procedentes de daños que tensionan los precios a la baja, intensificación de los controles y mayor coordinación entre la Agencia de Información y Control Alimentario del Ministerio y las Comunidades Autónomas para evitar prácticas abusivas y mejoras concretas en el sistema de seguros para el sector de la fruta.
En la reunión han estado presentes también representantes de los productores de cereza del Valle del Jerte, que están atravesando una campaña especialmente difícil, con una cosecha muy corta y, sin embargo, con precios por debajo incluso del 50% del coste de producción. Se trata de una zona con una agricultura se encuentra muy centrada en esta producción, cuya economía rural pivota sobre la misma y que lleva varias campañas críticas y que necesita de medidas particulares para garantizar su supervivencia.