El artículo describe las condiciones en las que trabajan los temporeros en la fresa de Huelva, incidiendo también en las declaraciones que el relator de la ONU, Philip Alston, hizo, cuando comparaba los campamentos en los que viven algunos trabajadores con los de los campos de refugiados. Recoge también la postura de la interprofesional, “los campamentos ilegales no tienen nada que ver con el sector agrícola: están ubicados en terrenos públicos, y hemos estado pidiendo a las administraciones durante diez años que pongan fin a esta situación inhumana que perjudica nuestra imagen, mientras nosotros «No somos responsables de esto», asegura García-Palacios, presidente de la Asociación Interprofesional Andaluza de la Fresa, Interfresa, a Le Monde. Además apunta que los inmigrantes indocumentados que viven allí no trabajan en la fresa, “nuestras empresas no contratan a quienes no obedecen la ley».
Si bien es cierto que desde el diario francés se insta a los gobiernos locales y nacionales a que busquen una solución, consideran que la fresa española «crece sobre la miseria».