El portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Rubén del Campo, destaca a Efeagro que el pronóstico para este otoño meteorológico (entre septiembre y noviembre) dibuja “un panorama general con temperaturas por encima de lo normal en el conjunto y precipitaciones que pueden estar también por encima de lo normal”.
En concreto, hay un 50 % de probabilidades de que el trimestre sea más lluvioso de lo habitual frente a un 20 % de que sea más seco de lo habitual, según esas predicciones.
El inicio del mes de septiembre ha estado marcado en España por las fuertes tormentas derivadas de una depresión aislada en niveles altos (DANA), que ha afectado algunas producciones del centro peninsular como las hortalizas o el vino, si bien las últimas lluvias han podido aliviar, por ejemplo, la situación de estrés hídrico en el olivar.
Reserva hídrica aún sin mejorar
El portavoz de la Aemet matiza que todas esas precipitaciones todavía no se notan en las reservas de agua, pues “los suelos estaban muy secos tras el verano y lo primero que sucede con estas lluvias es que los sustratos se empapan y posteriormente contribuyen a aumentar las reservas”.
Según los datos referidos al conjunto de España, se ha pasado de un déficit de lluvias de alrededor del 17 % en la última semana de agosto a un déficit del 13 % tras la DANA.
Los embalses se encuentran esta semana al 37 % de su capacidad, que ha descendido de nuevo oficialmente en 319 hectómetros cúbicos, hasta los 20.763, de acuerdo con el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miteco).
El sector agrario busca reponerse de los efectos que ha tenido este año la sequía, con importantes daños en cultivos como los herbáceos de secano, especialmente los cereales, y otros como el tomate, el arroz o diferentes producciones frutícolas.
El Gobierno destinó recientemente 357 millones de euros en ayudas para los productores afectados, incluidos 81 millones de la reserva agrícola de la Política Agraria Común (PAC).
Estas ayudas se añaden a los 355 millones de euros dirigidos previamente a la ganadería para responder al impacto de la guerra en Ucrania y la sequía, entre otras medidas.
El impacto del cambio climático
Uno de los mayores efectos del cambio climático en España se relaciona con la mayor frecuencia de olas de calor, como ha ocurrido este verano, que también ha sido muy cálido y ha contado con alrededor de una veintena de días bajo situación de ola de calor, según la Aemet.
La agencia precisa que esta cifra queda lejos de los 41 días del verano del año pasado, el más cálido de la serie histórica, pero triplica el promedio de días bajo ola de calor que había en España a finales del siglo pasado y comienzos del actual.
El servicio de cambio climático Copérnico, de la Unión Europea, ha subrayado que el periodo estival entre junio y agosto ha sido, con diferencia, el más cálido que se conoce a nivel mundial.
Actualmente los meteorólogos también están pendientes del impacto que pueda tener el fenómeno de El Niño, si bien su conexión con el tiempo que se espera en España “no es directa ni inequívoca”, ya que interfieren otros muchos factores.
“Se tiende a relacionar el fenómeno de El Niño con unas precipitaciones más abundantes en otoño en nuestro ámbito geográfico, pero no siempre sucede”, explica Del Campo.
Las primeras predicciones para el otoño apuntan a unas temperaturas superiores a lo habitual no solo en España, sino también en toda Europa.
El servicio meteorológico de Estados Unidos ha anticipado que El Niño, evento que se genera cada cierto número de años por el calentamiento del océano Pacífico, continuará durante el invierno en el hemisferio norte, con una probabilidad mayor del 95 % entre los próximos meses de diciembre y febrero.
Fuente: EFEAgro