¿Podría ser el control biológico en berries una solución a los problemas de enfermedades y falta de materias activas?
El control biológico, dentro de una estrategia de control integrado, es a día de hoy una garantía de éxito para el manejo fitosanitario de los cultivos de berries. De hecho, cultivos como la frambuesa y el arándano, que históricamente han contado con pocas herramientas fitosanitarias, tienen consolidado este sistema desde hace años. Estas últimas campañas estamos detectando una falta de eficacia significativa de los químicos registrados en fresa, lo cual nos hace pensar que su futuro pasa por el control biológico. Las previsiones de crecimiento para los próximos cinco años son significativas, no solo en el cultivo de berries, también en otros como los cítricos, el aguacate y el olivar.
¿Qué impide a los agricultores apostar por el control biológico? ¿Es muy costoso?
Los cambios requieren de un periodo de adaptación, que se supera fácilmente si el asesoramiento de campo es el adecuado, como el que ofrece SP Soluciones Agrícolas, a la medida de cada cultivo y cada cliente. Para ello, contamos con un equipo técnico cualificado, formado por profesionales especializados.
En cuanto al coste, con el paso de los años y la aparición de nuevos principios activos, cada vez más caros y menos eficaces, no existe diferencia entre el control biológico y el químico. Por no hablar de los beneficios asociados, como obtener un cultivo con menos residuos.
¿Cuáles son las soluciones que ofrece SP Soluciones Agrícolas en este ámbito?
Ofrecemos soluciones para los problemas importantes, que son aquellos que pueden causar mermas significativas en la producción. Para ello, desde hace años apostamos por el Phytoseiulus persimilis para el control de araña roja; el Orius laevigatus para el control de trips en fresas, frambuesas y moras; diferentes insectos parasitoides para el control de pulgones (Aphidius colemani, Aphelinus abdominalis); o Anagyrus vladimiri y Cryptolaemus montrouzieri para el control de Planococcus citri (cotonet) y otras cochinillas. También por nematodos para el control de insectos de suelo; hongos como Beauveria bassiana (Naturalis), que complementan el trabajo de estos insectos; y otros productos naturales como Azadiractin A (Neempro), BT32 (Bacillus thuringiensis), Helicovex y Littovir (control de Spodoptera y Helicoverpa), los cuales suponen una ayuda al control de las plagas en determinados momentos y que por su baja toxicidad son totalmente inocuos para los auxiliares introducidos.
Además de los organismos de control biológico y los productos a base de microorganismos e insecticidas naturales, estamos empezando el trabajo con la técnica de la confusión sexual, que nos permite un control muy efectivo de determinadas plagas, principalmente coleópteros y lepidópteros en cultivos al aire libre como los cítricos, el olivar y la viña.
Ofrecen también bioestimulantes, fruto de esta apuesta por lograr una agricultura sostenible. ¿En qué medida benefician al cultivo?
Los bioestimulantes son productos que ayudan al cultivo a superar momentos de estrés que pueden reducir su productividad o rentabilidad. Hacen que el cultivo esté más fuerte, más sano y con un potencial productivo alto. Una planta fuerte y bien desarrollada es menos susceptible al ataque de plagas y enfermedades, lo que complementa también el trabajo del control biológico.
SP Soluciones Agrícolas ha sido pionero y precursor de una importante reducción de espesores en las cubiertas de invernadero en las Berries. ¿Cómo se tomó esta decisión?
Realmente fue una decisión muy arriesgada. En Huelva se han vivido periódicamente temporales en los que vientos a partir de los 95 kilómetros por hora afectaban a los invernaderos, destrozando sus cubiertas y las propias infraestructuras, por lo que se optaba por un grosor de entre 600 y 720 galgas, que aportaban resistencia y termicidad a los plásticos agrícolas.
Agriplast, nuestro proveedor, nos propuso la reducción de los espesores como medida de ahorro para el agricultor y en busca de una disminución de los residuos para un mayor equilibrio medioambiental. El modo de hacerlo no era otro que usar materiales tecnológicamente más avanzados que aportan más luminosidad para los cultivos, mayor protección térmica y, lo más destacable, mayor durabilidad y resistencia. Una apuesta solo posible gracias a la maquinaria de última generación y los materiales más resistentes y eficaces. Desde SP decidimos apostar por Agriplast y, hoy por hoy, todos los fabricantes se han sumado a la reducción de espesores. Algunos han bajado el espesor con materiales estándares que los hacen más baratos, pero bastante menos efectivos.