Balance
La primera parte de la campaña en curso transcurrió “razonablemente bien”, explica Cecilio Peregrín, presidente de la sectorial de Lechugas y Achicorias de Proexport, quien comenta que ha precedido a un gran desafío en la segunda parte debido a las condiciones climáticas desfavorables. Aunque la campaña todavía está en proceso, restan aún tres meses aproximadamente para acabarla, Peregrín reconoce que “la segunda parte está siendo un poco complicada, si bien la primera parte fue exitosa debido a la pronta finalización de las producciones del norte de Europa”, lo que permitió un comienzo controlado de la producción en el sureste de España. La segunda parte presentó dificultades, especialmente a partir de finales de noviembre y principios de diciembre, cuando las expectativas no se cumplieron y las altas temperaturas en invierno no favorecieron los ciclos normales de cultivo. “Con variedades de invierno y temperaturas de primavera, es muy complicado controlar los volúmenes de producción a los que estamos acostumbrados, lo cual afecta también a la oferta disponible”, comenta Peregrín.
“En Proexport hemos notado una contracción importante en la demanda, este año la Navidad se ha convertido en un mes corriente, no se alcanzan los incrementos de años pasados”, agrega Peregrín, “y aunque los precios han sido correctos, no se están cubriendo las subidas de costes que todas las empresas productoras debemos soportar”.
Flexibilidad vs. Normativa
La importancia de adaptarse a los cambios en los mercados y de implementar políticas que apoyen la competitividad de los agricultores, suponen la piedra angular para el futuro. Así, el sector de hoja ha visto reducidas sus producciones y ajustado sus costes, para seguir siendo competitivos. Sin embargo, la climatología no está ayudando para que esa adaptación sea rentable económicamente. Peregrín aborda la necesidad de valorar adecuadamente los productos agrícolas y evitar la venta a pérdidas para garantizar la sostenibilidad a largo plazo del sector. “Las empresas de Proexport intentamos ser internamente lo más eficiente posibles, pero a las administraciones españolas y europeas les pedimos que nos permitan hacer nuestro trabajo con las mismas herramientas que el resto de países, sin ir más lejos, tenemos prohibidas materias activas permitidas en otros países, incluso de la propia Unión, y mucha legislación y burocracia que nos resta competitividad”, esgrime Peregrín.
Mecanización y eficiencia
En ese proceso de eficiencia entra en juego la importancia de la mecanización y automatización. La falta de disponibilidad de mano de obra y el incremento de los costes hacen que el sector de hoja se ajuste y busque nuevas soluciones, “poco a poco, todos estamos yendo hacia la mecanización sin ningún tipo de duda”, comenta Peregrín. Pero no solo la mecanización, sino también la digitalización está aportando datos e información especializada, para mejorar el cultivo de hoja, y cómo estas tecnologías están ayudando a enfrentar los desafíos actuales del sector agrícola.
Desafíos regulatorios
Desde Proexport también se aborda la importancia de encontrar un equilibrio entre la producción agrícola y la preservación del medio ambiente, y cómo las regulaciones actuales pueden afectar a la capacidad de los agricultores para enfrentar los desafíos climáticos y de plagas. “Las excesivas regulaciones y restricciones nos están dibujando un escenario presente y futuro muy complicado”, Peregrín profundiza en los desafíos regulatorios que enfrenta el sector agrícola, especialmente en lo que respecta al uso de fitosanitarios y herbicidas. Comparte la necesidad de políticas que apoyen la producción agrícola local y la competitividad en un mercado globalizado de igual forma que, “es clave la colaboración entre agricultores, empresas y administraciones para encontrar soluciones sostenibles y asegurar el futuro del sector agrícola”.