La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos ha denunciado este lunes un presunto fraude que se puede estar cometiendo actualmente en varias cadenas de supermercados en España por parte de LIDL y DÍA al vender patata de conservación como si fuera patata nueva española, y además utilizar presuntamente nombres de variedades de patata que no se corresponden con la realidad.
UPA ha detectado esta situación que, por otra parte, ha denunciado ya en varias ocasiones, lo que a su juicio demuestra la impunidad con la que actúan diferentes empresas de distribución por supuesta venta a pérdidas con productos agrarios o con fraudes al consumidor por publicidad engañosa.
Pues resulta que #LIDL y #DIA están vendiendo patata de cámara francesa como si fuera nueva y española. Y patatas de variedad ‘Orchestra’ como ‘Agria’.
Básicamente engaño a consumidores y menosprecio a agricultores. Lo explicamos en el link 👇https://t.co/oUUuEfPKIW pic.twitter.com/B1bdMYuIUP— UPA (@UPA_Federal) February 6, 2023
En este caso, vuelve a ser la patata el producto reclamo, que utilizan marcas que ya han sido denunciadas públicamente en anteriores ocasiones por UPA al realizar prácticas que son ilegales, cometiendo con ello un presunto fraude a través de sus paneles informativos y, por lo tanto, en el lineal, con lo que está incumpliendo las prácticas de mercado y la legislación que al respecto existe. “Repiten una y otra vez prácticas de este tipo porque les resulta muy barato saltarse la norma al respecto”.
UPA, a través de su alianza con COAG en Castilla y León, ha exigido a la Dirección General de Consumo de la Junta de Castilla y León, así como a la AICA y al Ministerio de Consumo que actúen de forma inmediata y lleven a cabo las acciones pertinentes para abrir expedientes y sancionar “contundentemente” a las citadas cadenas. “De lo contrario, entenderemos que tanto el Gobierno central como el Gobierno regional, haciendo dejación de funciones, amparan a la distribución en contra de los intereses de los agricultores y consumidores”, han sentenciado.
Mientras esta situación de presunto fraude se produce una vez más, los cultivadores de patata viven una situación delicada, con precios que en muchos casos son sensiblemente inferiores a los costes de producción, y que en determinadas campañas han tenido que dejarlas en las tierras por no cubrir ni los costes de producción.
UPA recuerda que es habitual que cada año en nuestro país la patata vieja francesa inunde el mercado español, y que una parte del sector de la distribución la comercializa como “patata nueva” y en determinadas fechas como “patata lavada” confundiendo a los consumidores en los lineales de una manera “impúdica”. En realidad se trata de patatas más económicas, pero con una peor calidad nutricional y organoléptica, llevando a la confusión de los consumidores y consumidoras españoles.