Syngenta apuesta por la bioestimulación para conseguir «la eterna juventud» en hortícolas
En un agresivo contexto como el actual, dominado por el impacto del cambio climático, causante del calentamiento global o la socavación progresiva de la biodiversidad, y por la necesidad de asegurar alimentos sanos, seguros y suficientes para una población en continuo aumento manteniendo la rentabilidad de la actividad agrícola, se hace vital implementar un modelo de producción agrícola más sostenible con mayor peso para los productos biológicos.
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Son estas las herramientas que están contribuyendo a la generación de soluciones sostenibles gracias a que previenen de manera efectiva las vulnerabilidades de cultivos, mejorando la salud del suelo y las plantas y siendo perfectamente compatibles con los productos convencionales.
Existen dos familias de productos biológicos: la del biocontrol y la de la bioestimulación.
Bioestimulación = rentabilidad
Los bioestimulantes se aplican a las plantas, semillas o al entorno de las raíces con el objetivo de estimular los procesos naturales de las plantas para que sean más eficientes a la hora de usar los nutrientes, tener mayor tolerancia al estrés abiótico, causado por frío o calor extremos en el entorno y, en definitiva, a aumentar la calidad de los cultivos.
Existen varios conceptos clave cuando hablamos de bioestimulación. Uno de ellos es el de estimulación del crecimiento. Es una de las principales tareas de un producto bioestimulante, que puede incluir sustancias como aminoácidos, péptidos, ácidos húmicos, extractos de algas y otras sustancias orgánicas que estimulan el desarrollo de las plantas.
Otra de sus principales funciones es la de fortalecer la tolerancia al estrés de las plantas, mejorando su resistencia ante condiciones adversas, como falta de agua, salinidad del suelo o ataques de patógenos. Algunos de estos productos contienen compuestos que activan los mecanismos de defensa de las plantas.
La bioestimulación puede, además, ayudar a aumentar la absorción de nutrientes por parte de las plantas. Esto puede ser especialmente beneficioso en suelos pobres o en condiciones en las que los nutrientes son de difícil acceso para las raíces.
No menos importante es el concepto de sostenibilidad, relacionado con los bioestimulantes. Es una evidencia que se trata de productos más respetuosos con la biodiversidad en comparación con el uso excesivo de fertilizantes químicos y pesticidas, por su composición natural.
Además, cuando nos referimos a la bioestimulación estamos invocando a la investigación continua. El desarrollo de productos bioestimulantes es una práctica científica en constante evolución. Compañías como Syngenta están comprometidas con la búsqueda de nuevos productos y tecnologías para mejorar la eficacia y la sostenibilidad de esta familia de productos biológicos.
Todos estos factores se unen para generar producciones sostenibles y eficientes, mejorar el rendimiento de los cultivos y, en definitiva, asegurar la rentabilidad para los agricultores.
Las soluciones de Syngenta
Si nos centramos en hortícolas, el portfolio de Syngenta cuenta con dos productos de interés dentro del grupo destinado a la mejora de los procesos nutricionales de las plantas de cultivos hortícolas por medio de microorganismos:
Persicop®
El primer de ellos es Persicop®, un biofertilizante sólido en forma de polvo a base de la bacteria Azotobacter salinestris CECT9690 y la levadura Wickerhamomyces anomalus (Cepa CECT13172), exclusivas de Syngenta, especialmente indicado para cultivos hortícolas y leñosos.
Con Persicop®, se favorece la capacidad retentiva del suelo, por lo que se reducen eficazmente las pérdidas por lixiviación del nitrógeno mejorando la fertilidad y salud del suelo. Los microorganismos son uno de los principales agentes para la estabilización de agregados y la mejora de las características físico-químicas del suelo. Además, la bioestimulación endófita de Persicop® activa la producción de las fitohormonas responsables de un mejor desarrollo de la planta y la ACC desaminasa.
Todo ello se traduce en un mejor y más fuerte crecimiento de la planta, aumentando la producción y la calidad del fruto. De hecho, en los ensayos realizados se observaron incrementos medios de cosecha con Persicop® de: +10,5% en tomate; +11,35% en pimiento; +9% en cucurbitáceas; +13,17% en lechuga; +13,5% en brócoli; y +12,35% en otras hortalizas.
Cepacet®
Cepacet® es un consorcio microbiano con acción regenerativa y revitalizante de la salud del suelo a base de las bacterias Bacillus megaterium CECT 9689 (con acción de movilización/solubilización de nutrientes y bioestimulante) y Azotobacter salinestris CECT 9690 (mejora del uso del N), y el denominado ‘Complejo Pull’, extracto de origen orgánico “multiplicador de la actividad microbiológica” que recupera el equilibrio microbiano en suelos de cultivos intensivos aumentando la velocidad de establecimiento microorganismos beneficiosos, incrementado la actividad PGP y activando las comunicaciones suelo-planta-microbiota.
Los ensayos con Cepacet® realizados por Syngenta también arrojan incrementos productivos notables: +14,5% en tomate; +11,5% en pimiento; +16% en cucurbitáceas; +10,3% en lechuga; +9,5% en brócoli; y +15% en otras hortalizas.
Asimismo, el portfolio de Syngenta cuenta con un producto bioestimulante destinado a la mejora de los procesos nutricionales de las plantas de cultivos hortícolas a base a aminoácidos:
Isabion®
Isabión® es un nutriente orgánico de rápida y total absorción por las plantas a base de 10,3% aminoácidos libres obtenidos mediante hidrólisis ácida de proteínas animales (colágeno), 10% nitrógeno (N) total en forma de nitrógeno orgánico (proteico) y 29,4% carbono orgánico.
Es un producto especial para aplicación foliar y fertirrigación que contiene aminoácidos y oligoelementos necesarios para estimular el crecimiento en multitud de cultivos: hortícolas, frutales, cereales, forrajeras, etc.