Este artículo fue publicado originalmente en ABC.
Desde el domingo los agricultores de la zona suroeste de La Palma miran a la Cumbre Vieja con verdadera angustia. La colada de lava que ayer avanzaba arrasando Todoque se topará pronto con las plantaciones de plátanos que dan de comer a miles de familias en el suroeste de la isla, desde los Llanos de Aridane hasta Fuencaliente. La isla que vive amenazada por el volcán es, de hecho, la segunda que más plátanos de Canarias produce tras Tenerife.
«Estamos muy pendientes de la evolución de la erupción, yo llevo desde el domingo sin dormir… En esta zona se cultiva sobre todo plátano, aunque también hay algo de viña y aguacate. De momento, la colada está arrasando las casas, pero a partir de ahí todo son campos de plátano. Directa o indirectamente, mucha gente vive de la agricultura. La moral está hundida», lamenta Laura Brito, gerente junto con Noelia Díaz Pérez de la Cooperativa Volcán de San Juan, que agrupa a más de 350 productores.
Desde la sede de la compañía en Los Llanos de Aridane, esta palmera charla con dos productores, José Javier Brito -que ya vio rugir el Teneguía- y José Ángel Gómez, sin perder de vista el volcán en erupción, como si eso fuera a evitar que el río de material volcánico alcance las fincas a las que dedican, por herencia familiar, su vida. Si la lava alcanza los cultivos el problema no es solo la cosecha que se pierde, sino que el suelo quedaría también inutilizable. «Si se abre una boca hacia abajo y llega al almacén perderíamos además un empaquetado completo. Vivimos con mucha incertidumbre, porque no sabemos qué dirección va a coger», subraya Brito, hija de agricultores, acostumbrada desde pequeña a vivir entre estas inmensas plantas de seis o siete metros de alto.
Recoger la cosecha
Al menos, ayer consiguieron que las autoridades expidan autorizaciones para poder recoger la fruta. Porque hasta ahora, muchos agricultores temían que la cosecha se echase a perder por no poder regarla ni recogerla debido a los cortes de carreteras creados para delimitar un perímetro de seguridad alrededor del volcán. «Y otro problema son los desprendimientos, ahora son más frecuentes por la actividad sísmica, y hay que tener cuidado para proteger aquellos que están trabajando dentro de la finca», destaca esta joven gerente. La ceniza, en teoría, no es un problema para los plátanos de Canarias, sino que incluso tiene minerales que funcionan como abono, explica José Ángel Gómez.
Desde que se planta un platanero hasta que se recogen sus primeros frutos pasa año y medio, por lo que la destrucción de las plantaciones supondría casi dos años sin ingresos para miles de familias. A lo que se suma que los cultivadores de plátano de Canarias acumulan ya demasiadas malas rachas. «Todo lo que se quema duele. Y nosotros venimos de un golpe de calor, una ola sahariana, que el pasado 23 de febrero dejó esta zona arrasada. Ahora empezábamos a recuperarnos del incendio del pasado mes de agosto, que supuestamente comenzó por una colilla, aunque aún no se han esclarecido las causas», añade Brito mientras hace de cicerone por una de las plantaciones aún intactas. «Quemó muchas fincas». Y cualquiera que pasee por este mar de plataneros, cultivados también bajo lonas para protegerlos, puede comprobarlo.
El cultivo del plátano de Canarias, reivindican los tres, «es sobre todo una herencia familiar». Aunque la moral «está bastante hundida», al menos, no pierden ni el humor ni la esperanza: «A ver si se apaga».
Ayuda europea
Las ayudas de la UE pueden financiar la reparación de las infraestructuras, los equipamientos, las comunicaciones y telecomunicaciones, las aguas, y las instalaciones educativas y sanitarias. La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, se ha comprometido a prestar «apoyo adicional, de ser necesario», para atender la emergencia y anunció que el Parlamento ya está en contacto con las autoridades españolas competentes para hacer efectivas estas ayudas, «a medio y largo plazo», que contribuirán a la reconstrucción de las zonas dañadas.
«La combinación de los tres escalones de solidaridad -ayudas europeas, del Gobierno de España y del Gobierno de Canarias- envía un mensaje de tranquilidad a quienes están viviendo esta situación con enorme angustia», avanzó ayer el eurodiputado socialista canario Juan Fernando López Aguilar.