El residuo plástico, un gran problema
La presencia de microplásticos en suelos agrícolas perjudica la regeneración de microorganismos y la descomposición de la materia orgánica, hecho que impacta negativamente en la germinación y el crecimiento de las plantas.
Parte de la responsabilidad de este problema es de los films de bajo grosor para acolchados agrícolas de plástico convencional, en su mayoría compuestos por LDPE (polietileno de baja densidad), que, al final de su corto ciclo de vida, no pueden ser recuperados completamente y generan una gran cantidad de residuos que se acumulan en los suelos y se dispersan.
Además, la parte del film que se consigue retirar contiene un elevado índice de impurezas (pueden llegar a contener entre un 50-70% de restos de cultivo y tierra) y provoca que el transporte y reciclado sea muy poco eficiente en lo que se refiere a reciclabilidad y sus costes asociados.
Los acolchados de plástico convencional (no biodegradables) son todavía un reto para la industria agrícola por el problema de su eliminación al final de su vida útil. Desde 2018, China ha incluido estos residuos entre las 24 categorías de residuos plásticos cuya importación está prohibida.
En Europa, anualmente, más de 86.000 toneladas de plásticos son usadas para acolchado, de las que 75.000 corresponden a productos no biodegradables (LDPE). Se calcula que, cada año, unas 15.000 toneladas de film de polietileno se introducen en la tierra⁴ y permanecen muchos años acumulándose en suelos europeos.
La alternativa
En Novamont defienden una agricultura sostenible mediante la información y el énfasis en la promoción de las buenas prácticas en la gestión del suelo. Para ello, ponen a disposición su gama de productos Mater-Bi®, que se usan para la fabricación de films para acolchados biodegradables en suelo. Destaca su capacidad de desintegración al ser asimilados por los microorganismos del suelo y se integran completamente en el sustrato, tal y como sucede con el resto del cultivo. También pueden usarse en siembras que habitualmente no usan acolchados plásticos por la imposibilidad de recuperarlos tras el cultivo, por ejemplo, el tomate de industria con recogida mecánica, el arroz, la vid y los árboles frutales, entre otros.
«Los acolchados biodegradables son productos subvencionables según la nueva PAC»
Otra ventaja es que están preparados para utilizarse con las mismas máquinas acolchadoras-trasplantadoras que se utilizan para los plásticos convencionales. Gracias a sus 20 años de experiencia en toda clase de cultivos, los films agrícolas fabricados en Mater- Bi® han evolucionado hasta ofrecer el mejor rendimiento y biodegradación en todo tipo de suelos, ambientes y zonas climatológicas. El resultado que se obtiene es una solución más sostenible y eficiente, que elimina el impacto ambiental y los gastos asociados a la gestión de estos residuos contaminantes.
European Bioplastics constata que su uso está aumentando de forma significativa y estable gracias a una creciente conciencia ambiental. Encabezan el ranking europeo Italia, Francia, España, Alemania y Benelux. Además, el nuevo Plan Estratégico Nacional de la PAC (PEPAC) para el periodo 2023-2027 en España, que tiene como objetivo el desarrollo sostenible de la agricultura, la alimentación y las zonas rurales, incluye como medidas medioambientales entre los productos subvencionables, a través de los fondos operativos, los acolchados biodegradables en el suelo certificados según el estándar UNE-EN 17033, como los fabricados en Mater-Bi®, así como los sistemas de soporte (hilos y clips) compostables, certificados por el estándar UNE-EN 13432 de 2002, como garantía para certificar que estos materiales subvencionados sean realmente elementos que aporten solución al final de su vida, biodegradable en suelo o compostable, junto con los restos del cultivo.