Por la sala blanca de IV gama de Peris pasan de media al mes cerca de 200 mil kilos de frutas y verduras, que se seleccionan, higienizan, pelan y trocean para ser servidas en un formato de consumo más cómodo y rápido para el consumidor.
Recientemente, esta sala blanca ha adquirido mayor capacidad de producción gracias a los trabajos de mejora y ampliación acometidos por la empresa. Concretamente, se ha incrementado la superficie de producción con la construcción de una sala blanca adicional a la ya existente, se ha creado una nueva zona de higienizado de frutas y hortalizas, así como una nueva área de preparación de pedidos y expediciones. Además, se ha ampliado la superficie de cámaras frigoríficas y las instalaciones destinadas al personal. En total, solo para la actividad de IV gama, Peris dispone de una superficie de 6.000 metros cuadrados.
“La exigencia que nos imponemos en la calidad de nuestras frutas y verduras tiene su continuidad en los procesos de higienizado, pelado, troceado y envasado que se realizan en sala blanca para los productos de IV gama, lo que permite ampliar su vida útil comercial y reforzar al máximo la seguridad alimentaria”, afirma Félix Martínez, director de calidad de Vicente Peris.
Como añadido a los trabajos de mejora y ampliación de las instalaciones, Peris también ha invertido en el equipamiento de mesas de pelado, troceado y envasado, nuevas envasadoras al vacío, maquinaria para el procesado de frutas y hortalizas y en nuevos equipos para la higienización de la fruta.
La inversión total de estas mejoras es de 1,2 millones de euros y posibilitan una mayor capacidad de producción y rendimiento de los procesos de IV gama, una mejora de la gestión energética, especialmente del frío, y más confort para los trabajadores.
Fruto de la exigencia de Peris en su sala blanca, la empresa cuenta con el certificado de calidad IFS Food, renovado recientemente con una valoración de 98.95% tras una auditoría de modalidad no anunciada.
Incremento del 38% de las ventas interanuales en IV gama
Desde que Peris incorporase en 2017 la IV gama a su actividad tradicional de I gama, la producción de esta división no ha hecho más que crecer en volumen, referencias y formatos.
En este 2022, de enero a septiembre, su volumen de producción ha ascendido a 1,6 millones de kilos de fruta y verdura procesada, lo que supone un incremento de ventas de un 38% con respecto al mismo periodo del año anterior.
Entre los productos con mayor demanda destacan la piña en distintos formatos (rodajas, lanzas y troceada), palitos de zanahoria, granada, mango, coco y distintas presentaciones de melón y sandía, en mitades, cuartos y troceado.
La IV gama como refuerzo de la sostenibilidad
Desde Peris también destacan cómo sus procesos de trabajo con fruta pelada y cortada contribuye a la reducción de desperdicio alimentario.
Por una parte, el procesado profesional genera menos mermas de las que se suelen generar en casa, por lo que hay un mejor aprovechamiento del alimento. Por otra parte, en IV gama se da salida a frutas que, aun manteniendo sus cualidades organolépticas, presentan una apariencia no estandarizada que puede generar rechazo en el consumidor, las llamadas ‘frutas feas’.
“Estas piezas de fruta y verdura que puntualmente nos encontramos, siempre y cuando mantengan el nivel de calidad que exigimos en Peris, se trocean y encuentran una salida comercial en IV gama”, comenta Martínez. “Esto va muy en línea con la responsabilidad que tenemos desde la industria alimentaria en la reducción del desperdicio de alimentos. Desde Peris contribuimos a ello de esta manera, y también gestionando nuestros desechos vegetales con ganaderías locales, lo que apoya a la economía circular”.
En esa misma línea, Peris se mantiene en permanente estudio y aplicación de mejoras en eficiencia y sostenibilidad en los envases y materiales utilizados en IV gama. En la actualidad, sus envases son un 70% reciclados y un 100% reciclables, lo que refuerza por una parte la seguridad alimentaria y, por otra, la responsabilidad de la empresa en la generación de residuos que se puedan incorporar de manera integral a la cadena de reciclaje.