A raíz del estado de alarma, se han modificado los hábitos de consumo alimentario de los españoles – primando, por ejemplo, ciertos productos procesados – y haciendo prevaler la gran distribución en detrimento de muchos mercados locales al aire libre que han tenido que cerrar por las restricciones sanitarias impuestas por el Gobierno, pese a las continuas demandas de organizaciones miembro de la Unión de Uniones en diferentes territorios.
La organización lamenta también que, entre las consecuencias económicas negativas de la pandemia para el sector productor agrario español, al cierre de Hostelerías, Restauración y Cafeterías (canal HORECA) se le una la desaparición del turismo internacional en el corto plazo, sector que el año pasado gastó cerca de 92.280 millones € en España, de los cuales 17.455 millones fueron destinados a alimentación, según las estimaciones de Unión de Uniones.
Teniendo en cuenta que, según el informe de consumo alimentario del MAPA, el gasto en alimentación de los españoles tanto dentro como fuera de casa se cifra en 103.000 millones €, el gasto total en alimentación en España alcanzaría casi los 120.500 millones €, de los cuales el turismo internacional representaría el 14,4%. Una hipotética caída de un tercio del consumo alimentario procedente del turismo extranjero podría llegar a suponer una pérdida cercana a los 6.000 millones € para la agroalimentación española en el momento en el que se estabilice la economía española.
En este sentido, y de acuerdo con las recientes declaraciones de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la situación por lo que se refiere al libre movimiento de las personas no parece que vaya a mejorar en el corto – medio plazo.
Por este motivo, Unión de Uniones pide apoyos de las administraciones para que se reorienten las producciones y se busquen nuevos canales de comercialización con el objetivo de suplir esta caída en el consumo de la alimentación que va a generar particularmente la reducción de turistas extranjeros a nivel estatal, así como que se permitan los mercados locales al aire libre con las mismas garantías sanitarias que los supermercados.
“En este momento seguramente muchos lo estamos pasando muy mal por unas u otras razones” señalan desde la organización. “Lo cierto es que dentro de la cadena alimentaria algunos están viendo aumentar sus ventas de manera importante porque el coronavirus les ha barrido la competencia y el diferencial de precios entre lo que nos pagan a los agricultores y ganaderos sigue siendo abusivo para ambos”, añaden.