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Lepe ya cultiva las primeras fresas blancas españolas

No, no son fresas inmaduras, sino un exquisito manjar que ya producen en Países Bajos y que, por ejemplo, en Japón, se pagan a precio de oro.

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Masiá Ciscar fresas blancas

Blancas y con un intenso sabor y aroma que evocan a la piña tropical bajo el sinuoso cuerpo de la fresa más tradicional. Así es la baya más exótica que se produce en Lepe, según publica el Diario de Huelva, y que ha sorprendido y conquistado a los consumidores más exigentes, que ya la encuentran en las grandes superficie. 

Fuera de nuestras fronteras, la “fresa blanca” es conocida como pineberry, que nace de la fusión de los vocablos  ‘pine’ (piña) y ‘berry’ (baya) en inglés. Pero esta exótica fruta del bosque no es nueva. Su comercialización data de 2011 y, lejos de ser fruto de una manipulación genética, es una de las variedades más antiguas que llegaron a Francia desde Chile en 1700. Su color blanco es consecuencia de una deficiencia de una proteína que hace que no adquiera el color rojo intenso al que estamos acostumbrados. Aun así, la maduración sigue el curso normal de sus hermanas ‘gemelas’: son verdes en su nacimiento y conforme maduran adoptan ese color blanco, mientras sus semillas adquieren ese color rojo oscuro. 

Fue un ingeniero holandés quien, mediante hibridación natural, logró fusionar las variedades Fragaria Chiloensis y Fragaria Virginiana hasta logra estas frutas que se caracterizan por ser intensamente aromáticas y muy delicadas. Quizás por eso es en los Países Bajos donde más se cultivan. 

En Lepe han comenzado a cultivarse y, a partir de ahí, a llegar a los mercados y consumidores que buscan sorprenderse de nuevos sabores, así como la repostería.

Los japoneses son los consumidores que más demandan esta fruta, donde es conocida como “Shiroi houseki”, es decir, “joya blanca”. Su precio explica este apodo, puesto pues una docena de este codiciado manjar se puede llegar a pagar a 60 euros. 

No obstante, las fresas de Huelva no pueden llegar a aquel mercado por lo perecedero de esta fruta. En consecuencia, los japoneses cultivan su propia variedad.

 

Fuente: Diario de Huelva

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