La situación del cultivo de zanahoria no es sostenible a medio plazo
La búsqueda de variedades resistentes a la sequía y más productivas, junto a una mayor diferenciación, los retos. Se espera un aumento del precio por la caída de la cosecha, pero el sector avisa de que la situación no es sostenible.
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La actual campaña de zanahoria registrará un descenso de alrededor de un 20% en volumen, según las expectativas de los productores, debido a la caída en la superficie cultivada. Los crecientes costes de producción y la climatología adversa de la última cosecha, con temperaturas muy elevadas y escasez de lluvias, han sembrado aún más dudas entre los agricultores, lo que ha provocado que este año se haya reducido notablemente la superficie sembrada.
Llueve sobre mojado, ya que la anterior campaña ya se había reducido el rendimiento por hectárea hasta alcanzar los 2.000 kilos/ ha. Con la actual situación de sequía y las restricciones en el uso de materias activas para el cultivo de zanahoria, se prevé que la productividad continúe con la evolución descendente. En cuanto a la superficie, en los últimos años se ha registrado una tendencia decreciente: entre 2016 y 2022, España ha reducido el área dedicado a zanahoria en un 4,1%.
«Las cotizaciones registraron una ligera mejoría el año pasado por la caída en la producción, aunque lejos de la media de los últimos 5 años»
Los costes de mano de obra y de almacenamiento refrigerado, factores esenciales en el sector de la zanahoria, continúan asfixiándolo en esta nueva campaña, en la que los productores están sufriendo las consecuencias del incremento del precio de la energía y de los salarios, tras el aumento del SMI.
Con el descenso en la producción, se espera una mejora en el precio, aunque existe incertidumbre acerca de si será suficiente para afrontar los sobrecostes. Mientras unos productores se muestran optimistas de cara a competir por la vía de la calidad, otros reconocen que la rentabilidad no es suficiente y avisan de que la situación no es sostenible a medio plazo. Las cotizaciones ya experimentaron una ligera mejoría el año pasado por la caída en la producción, aunque se quedaron lejos de la media contabilizada en los últimos cinco años, que fue de 0,27 euros / kilo.
Mercado
Las exportaciones españolas de zanahoria han disminuido drásticamente, tanto en valor como en volumen. Mientras en 2021 se comercializaron al exterior 130.000 toneladas por valor de 71 millones de euros, en 2022 se han exportado 83.000 toneladas (-36%) por 48 millones de euros (-32%). Además, las importaciones han aumentado, perjudicando a los productores a la hora de vender en el mercado nacional.
Debido a ello, en la campaña de 2021/2022 ha habido numerosas fincas que se han arado sin recolectar la zanahoria, ante la falta de compradores a un precio que cubriese, al menos, los costes de producción, al llegar a cotizar, incluso, a 0,15 euros / kilo. Otros países europeos productores de zanahoria como Alemania y Países Bajos han tenido una buena campaña, lo que ha perjudicado la exportación de zanahoria española con destino a la Unión Europea.
Retos
Ante esta situación, el sector se enfrenta al gran reto de cultivar con la actual sequía y escasez de agua para el riego, que además cada vez resulta más cara, por lo que resulta imprescindible buscar tierras con recursos hídricos suficientes y mejorar los sistemas de regadío. A ello se une el reto de los costes crecientes, por lo que el sector debe buscar una diferenciación a través de la calidad y la apuesta por productos de IV Gama.
También es necesario desarrollar nuevas variedades para aumentar el rendimiento, la resistencia a la sequía y a patógenos, conseguir una morfología homogénea y de buen tamaño, una mayor calidad nutricional, mejor textura, aroma y sabor. Sin olvidar el cuidado del suelo, para mantenerlo sano y fértil, un factor complicado de lograr ante las restricciones de materias activas de la UE.