La proximidad no es suficiente si no se ofrece un producto de calidad
Supermercados y productos de proximidad atraviesan un buen momento. La crisis sanitaria ha reforzado este canal de venta y puesto en valor los productos de cercanía, sin embargo, aunque el consumidor está preocupado por el origen, no lo prioriza frente a la calidad.
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‘Proximidad e hipermercados en tiempos de COVID-19’ ha sido la temática elegida para la segunda sesión del webinar ‘Transformarse para un nuevo escenario’, organizado por la revista MERCADOS en el marco de Fruit Attraction LIVEConnect, y que cuenta con el patrocinio de Rijk Zwaan Ibérica y la colaboración de BASF Vegetable Seeds, Sakata Seed Ibérica, Syngenta, Fashion y Planasa.
Para abordar esta cuestión, la sesión contó con la participación de Toni García, ejecutivo de Frutas y Hortalizas de Consum; Eduardo Lambás, director comercial de Huercasa V Gama; Antonio Luis Brito, director gerente de Europlátano; y Paula Crespo, responsable de Marketing y Comunicación de Planasa.
Los supermercados regionales crecieron un 0,9% durante los ocho primeros meses de este año, hasta alcanzar una cuota de mercado del 18,6%, según datos de Kantar. Durante el confinamiento, “se convirtieron en una solución para los consumidores”, como afirmó Toni García, de Consum, gracias a su cercanía a los hogares y a una amplia oferta que prioriza lo local. Pero no solo fueron una solución, sino que “seguirán siéndolo”, si bien para el ejecutivo de Consum, esto no implica que se produzca un desvío muy acusado de consumidores de un tipo de supermercado a otro.
La clave para mantener la cuota de mercado estará en fidelizar a los consumidores y, para ello, en el contexto actual, cobran especial importancia los productos de proximidad, cuya demanda continúa al alza. De hecho, todos los ponentes pusieron de manifiesto cómo la crisis sanitaria ha supuesto un impulso a su consumo, y es más: “El consumidor está aprendiendo y se preocupa por los orígenes”, afirmó Toni García, para quien, sin embargo, “la proximidad, por sí sola, no es suficiente”, sino que “el producto de proximidad también debe ofrecer calidad”.
Prueba de esa preferencia por lo local es el plátano, cuyo consumo creció durante el confinamiento (fue la fruta estrella) y, para Antonio Luis Brito, de Europlátano, “si lo seguimos haciendo bien, nuestro producto saldrá beneficiado” de esta crisis sanitaria. Y es que frente a la banana –“el producto siempre más barato en un lineal”-, el plátano aporta atributos como esa proximidad, seguridad alimentaria y sostenibilidad (tiene una huella de carbono muchísimo menor que la banana) que demandan los consumidores.
Pero para lograr ese mejor posicionamiento del plátano en el mercado –y de cualquier otro producto hortofrutícola-, para Brito, “no podemos cometer los mismos errores que en la crisis económica del 2007”, cuando la presión sobre el precio fue tal que la calidad se vio mermada. “No podemos crear falsas expectativas en el consumidor ofreciéndole un producto de valor añadido que no cumpla”, sentenció.
Por su parte, Eduardo Lambás, de Huercasa, afirmó que la proximidad seguirá siendo una tendencia una vez superada la crisis sanitaria, si bien “la demanda de este tipo de productos crecerá de forma más razonable”.
Tendencias
Junto a ese mayor interés de los consumidores por el origen de los productos, la salud también se erige como una tendencia clara a la que hay que dar respuesta, y frutas y hortalizas como las berries o la endivia encajan a la perfección en los nuevos hábitos del consumidor. De hecho, durante el confinamiento, y según destacó Paula Crespo, de Planasa, el consumo de endivias creció un 20%, gracias a su alto valor nutricional.
En el caso de las berries, recordó que son productos cada vez más incorporados a la dieta de los consumidores, que valoran sus propiedades nutricionales, si bien hay que seguir trabajando para mejorar su vida útil, satisfaciendo así las necesidades de toda la cadena de valor. “Arándanos y frambuesas se perciben cada vez más como un snack sano, lo que podría ayudar a incrementar su consumo”, afirmó.
Sin embargo, el confinamiento perjudicó las ventas de productos preparados, pensados para consumir fuera del hogar; mientras que “otras líneas de negocio han crecido”, apuntó Eduardo Lambás, como por ejemplo los productos de V Gama con un mínimo tratamiento térmico para aumentar su vida útil. Estos son productos que facilitan cocinar en el hogar (que continúa al alza). Tanto es así que, en Huercasa, centran sus esfuerzos ahora mismo en esta línea de productos y, de hecho, prevén nuevos lanzamientos de forma “inminente”.
Productos con valor añadido
A partir de ahora, y como consecuencia de la crisis económica, todos los ponentes insistieron en la vuelta de los productos más básicos a los lineales, mientras que los premium o con un valor añadido poco reconocido aún por el cliente verán resentidas sus ventas. Pero esa vuelta a lo básico no significa, ni mucho menos, que el consumidor renuncie a la calidad, y fidelizarlo en tiempos de pandemia es el objetivo de los supermercados. “Hay cadenas que si no pueden ofrecer al consumidor la calidad que demanda en un determinado momento del año retiran el producto del lineal”, explicó Antonio Luis Brito, para quien este tipo de actuaciones “generan confianza entre los consumidores”.