El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte cierra la campaña de 2023, una de las “peores en los últimos 35 años” por las intensas lluvias caídas a finales de mayo y principios de junio. Las precipitaciones comenzaron cuando apenas se había empezado a recoger la cosecha, provocando que las cerezas, ya maduras, se rajaran y pudrieran por exceso de humedad.
La D.O.P ha confirmado que se ha podido salvar el 30% de la cosecha de cereza y picota del Jerte, que se esperaba entre 35 y 40 millones de kilos. Las pérdidas económicas ascienden a 70 millones de euros, según una estimación del presidente de la Denominación de Origen Protegida, José Antonio Tierno. “Es un drama para las familias del Jerte”, concluyó.
Las frutas que se han podido comercializar han sido de “buena calidad, equiparable a la de años anteriores, aunque de menor calibre por las adversidades climáticas”, según explica el Consejo Regulador. La escasez de cerezas ha provocado que se hayan tenido que “refugiar” en el mercado nacional y solo se ha podido exportar una pequeña cantidad de picota del Jerte a Reino Unido. Por ello, Tierno marca como objetivo de cara a la campaña del año que viene “recuperar el terreno perdido en el mercado internacional, que tiene un enorme peso” para la D.O.P.
La Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte garantiza la máxima calidad de las cerezas y picotas del Jerte. Estos productos se pueden diferenciar del resto por la contraetiqueta que acompaña a cada caja procedente del Valle del Jerte.
Hacen falta más ayudas
El presidente de la D.O.P. Cereza del Jerte considera que las ayudas del Gobierno son “insuficientes”. No obstante, reconoce que “menos es nada”. “No van a servir para paliar las pérdidas de los agricultores, ni la falta de sus rentas. Ayudarán a aminorar los costes de producción, pero no dan para más”, concluye Tierno.
Con el objetivo de ayudar a los agricultores y garantizar la correcta preparación de la próxima cosecha, Tierno reclama que se amplíe la protección.