AECOC, La Asociación de Fabricantes y distribuidores que agrupa a más de 32.000 compañías, comparte el objetivo principal del Proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, que el pasado martes aprobó el Consejo de Ministros, y considera esencial trabajar en la concienciación y formación de todos los actores implicados para reducir el problema.
Prevenir el desperdicio de alimentos a lo largo de toda la cadena agroalimentaria y dar una segunda vida a los excedentes alimentarios es una prioridad para frenar un problema de claro impacto económico, social y medioambiental, así como para evitar malgastar los recursos naturales y el esfuerzo de todos los trabajadores de la cadena agroalimentaria.
Justamente por ello AECOC lidera desde 2012 el proyecto “La Alimentación no tiene desperdicio”, una iniciativa de adhesión voluntaria de la que ya participan cerca de 700 empresas y que arroja resultados positivos. Concretamente, gracias a la adopción de planes de prevención y medidas correctoras en línea con las propuestas en el Proyecto de Ley, la gran distribución ha conseguido reducir de un 1,78% a un 0,9% el porcentaje de producto no aprovechado sobre el total comercializado. Por su parte, la industria alimentaria, según un estudio elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, ha conseguido que por cada kg/lt de producto acabado se produzcan 0,0022 kg/lt de subproducto y tan sólo 0,0004 kg/lt de residuo alimentario, lo que muestra la eficacia de los procesos adoptados por las empresas del sector.
Asimismo, desde el proyecto “La Alimentación no tiene desperdicio” el sector lleva años trabajando en campañas de información y sensibilización al consumidor sobre la importancia de hacer un buen uso de los alimentos tratando de evitar su desperdicio; una labor esencial puesto que el 40% del total del desperdicio que se registra en la cadena alimentaria se produce en los hogares.
En relación al texto aprobado ayer, AECOC considera prioritario que las obligaciones para las empresas partan de un principio de igualdad –en el que no se discrimine en función de tamaño o modelo de negocio-, que se tengan en cuenta los esfuerzos y logros de aquellos que ya han conseguido importantes logros de reducción y que las compañías tengan la capacidad de decidir sus propias estrategias para alcanzar los objetivos marcados. Con ese fin, comparten totalmente la conveniencia de disponer de planes de prevención y reducción, acuerdos con entidades sociales para la donación de los excedentes alimentarios y sistemas de medicación.
El Anteproyecto de Ley que ayer se aprobó en el Consejo de Ministros y que ahora deberá someterse a debate parlamentario supondrá que España sea el tercer país europeo en disponer de una legislación nacional para frenar este problema. En ese sentido, AECOC considera también que las experiencias de Francia e Italia deberían servir para considerar que un modelo incentivador -al estilo italiano- puede resultar más eficaz que un modelo sancionador como el francés, dadas las dificultades que presenta para establecer mecanismos de control.
Finalmente, AECOC comparte el espíritu de armonización que se entrevé en el Proyecto de Ley presentado y desea destacar la relevancia de homogeneizar criterios entre reglamentos comunitarios, nacionales y autonómicos que eviten duplicidades, sobrecostes y confusión entre el tejido empresarial y el conjunto de la sociedad.