Artículo extraído de Plataforma Tierra , elaborado por:
- Guillermo Moreno Ortega, Doctor en Biología
- Clara Pliego Prieto, Investigadora Unidad de Investigación Asociada I+D+i entre el IFAPA y el IHSM (UMA-CSIC)
- Elsa Martínez Ferri, Investigadora Titular en el IFAPA
Introducción
El sur peninsular, con la Costa Subtropical andaluza a la vanguardia, se erige como el corazón de la producción europea de aguacate, una fruta que ha pasado de ser casi desconocida a ser imprescindible en los hogares europeos.
Desde sus inicios en la Axarquía, desde la década de los 60 hasta el 2022, con una producción nacional superior a 66.000 toneladas de aguacate, el cultivo de este frutal creció exponencialmente, acompañado de notables avances en su manejo.
Aunque España no compite directamente con los principales productores globales de aguacate ha encontrado su propio nicho en el mercado europeo
La proximidad estratégica a consumidores clave ha permitido a España destacarse al ofrecer una fruta de calidad excepcional, cosechada en el momento óptimo.
Este enfoque regional también reduce significativamente la huella de carbono en comparación con los grandes competidores a escala mundial.
La rentabilidad ha sido un factor crucial en el sorprendente crecimiento de la superficie de cultivo del aguacate, respaldada por la creciente demanda del mercado que ha absorbido toda la producción.
Sin embargo, el panorama del mercado del aguacate ha experimentado cambios significativos en los últimos años.
El aumento de los precios de los insumos y el transporte han generado dudas sobre la rentabilidad económica, especialmente para las fincas con un rendimiento productivo más bajo.
Estos desafíos, de alcance global, se ven agravados en la costa subtropical andaluza por la crónica sequía que sufre a la región que afecta a la dotación hídrica para el cultivo de subtropicales y por la incidencia de otros factores limitantes como las enfermedades producidas por hongos patógenos de suelo (podredumbres radiculares) y hongos aéreos (muerte regresiva o seca de ramas).
En este contexto, no solo se cuestiona el crecimiento de la superficie de cultivo del aguacate, sino también el futuro a corto plazo de las plantaciones existentes.
La tesis doctoral titulada ‘Manejo del estrés hídrico en aguacate: Efectos en la productividad y en el control de la podredumbre blanca radicular’, realizada por Guillermo Moreno Ortega en el Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (IFAPA, centro de Málaga) y dirigida por las doctoras Elsa Martínez-Ferri y Clara Pliego Prieto, aborda de manera exhaustiva algunas de las cuestiones cruciales para asegurar la viabilidad y sostenibilidad del cultivo de aguacate en el sur peninsular.
Necesidades hídricas del cultivo y manejo del riego
El cultivo de una fruta de origen subtropical como el aguacate en el sur peninsular se enfrenta a importantes retos. Las elevadas temperaturas estivales, combinadas con precipitaciones escasas y erráticas, hacen necesario el aporte de una dotación hídrica estable a lo largo de la campaña.
Abordar el cultivo en este clima, y con las mencionadas restricciones debidas a la sequía, requiere de una precisa caracterización las necesidades hídricas específicas del aguacate, así como un manejo del riego que combine una explotación rentable del cultivo con un uso sostenible de los recursos.
La presente tesis doctoral ha abordado, por primera vez mediante ensayos experimentales, la caracterización de las necesidades hídricas del aguacate en la región, así como el efecto de distintas dotaciones hídricas en el rendimiento y la productividad del cultivo.
Los resultados muestran que variaciones en torno a los requerimientos hídricos teóricos (~7500 m3 ha-1 año-1, estimados mediante la metodología FAO y la adaptación de los coeficientes de cultivo a nuestra zona), tienen implicaciones en el rendimiento y la calidad de la fruta, así como en la productividad del agua.
Por una parte, una dotación hídrica de ~20 % por encima de los requerimientos teóricos no representan una ventaja en el rendimiento, además de implicar una disminución de la productividad del agua, es decir, más agua no significa mayor producción.
Por otra parte, una disminución de ~25 % de la dotación estimada pueden provocar cierto grado de estrés hídrico en los árboles, detectable a nivel fisiológico, suponiendo además una disminución de los calibres de la fruta y, por lo tanto, una menor rentabilidad.
No obstante, estos resultados resaltan la viabilidad de la estrategia de riego deficitario sostenido, con recortes en torno al 25 % de la lámina de agua requerida por el cultivo y demostrando que, mediante una optimización del manejo del riego, es rentable cultivar aguacates incluso con dotaciones hídricas reducidas.
Tolerancia al estrés hídrico
Para manejar dotaciones reducidas es necesario conocer qué nivel de tolerancia a estrés hídrico que tiene el aguacate, pues dependiendo de ello se pueden establecer distintas estrategias de riego deficitario. Para ello hace falta conocer la respuesta fisiológica y molecular que permita evaluar hasta qué punto la planta puede enfrentar la falta de agua.
El impacto de la escasez hídrica en la producción y tamaño de la fruta observado en los ensayos de campo refleja las modificaciones fisiológicas por la falta de agua en los árboles, lo que reduce la actividad fotosintética y, por ende, menos recursos para el crecimiento y la producción.
La tesis doctoral aborda, por primera vez, el estudio del comportamiento de ‘Dusa’, el portainjerto de aguacate más utilizado a escala mundial, frente a distintos niveles de desecación del sustrato, así como el posterior proceso de recuperación una vez finalizado el estrés.
Los resultados revelan una correlación entre la respuesta fisiológica y el grado creciente de desecación de modo que la imposición de dos niveles de estrés (moderado, 50 % de la capacidad de campo y severo, 25 % de la capacidad de campo) induce una rápida respuesta a nivel fisiológico, tanto en parámetros asociados a la hoja (potencial hídrico de la hoja, parámetros de intercambio gaseoso…) como a nivel de planta completa (tasa de transpiración, relación raíz/parte aérea…), siendo los cambios proporcionales al nivel de estrés impuesto.
Con la reposición del riego en las plantas sometidas a estrés, la mayoría de los parámetros fisiológicos se recuperan rápidamente en ambos niveles de estrés, lo que podría suponer una ventaja frente a momentos puntuales de estrés hídrico, ya sean derivados de eventos de sequía o de estrategias de riego deficitario.
Respuesta molecular y activación de mecanismos frente al estrés
La implementación de mecanismos de aclimatación o adaptación al estrés implica alteraciones en los patrones de expresión génica de la planta. En los ensayos de la presente tesis doctoral, la aplicación de estrés hídrico a las plantas de aguacate resultó en la sobreexpresión de genes vinculados a la tolerancia frente a la sequía.
Estos genes incluyen aquellos involucrados en la biosíntesis de ácido abscísico, síntesis de sustancias osmoprotectoras, activación de mecanismos antioxidantes y reparación de sistemas.
Estas modificaciones, junto con la recuperación a nivel fisiológico tras la reposición del riego sugiere que el portainjerto de aguacate ‘Dusa’ exhibe cierto grado de tolerancia frente al estrés hídrico.
Además, hay que señalar que tras la reposición del riego y la recuperación a nivel fisiológico se observaron genes asociados a la respuesta a diversos estreses, especialmente frente al ataque de hongos patógenos, cuya expresión seguía modificada. Este hallazgo es crucial y sugiere la posibilidad de explorar nuevas vías para inducir la tolerancia en las plantas de aguacate.
Control de la podredumbre blanca radicular
Otro de los factores limitantes del rendimiento del cultivo en nuestra región es la podredumbre blanca radicular (PBR), provocada por Rosellinia necatrix, un ascomiceto del orden Xylariales, afecta a más de 350 especies de plantas, incluyendo cultivos vitales como la vid, olivos, cítricos, fresas, mangos y aguacates.
En países como Israel y España, la PBR limita el cultivo del aguacate, siendo un factor principal de pérdidas económicas. Además, ha emergido como una enfermedad significativa en Sudáfrica, México y Australia.
Los árboles infectados por R. necatrix presentan síntomas tanto en la parte radicular como en la parte aérea. Esto se debe a la pérdida de raíces, que reduce la capacidad de la planta para absorber agua y nutrientes, y a la liberación de toxinas dentro del sistema vascular de la planta.
La propagación de la enfermedad se da principalmente por contacto de raíz infectada con raíz sana y su control es difícil por las características del patógeno (capacidad para permanecer latente en el suelo largos periodos, resistencia a fungicidas…).
La obtención de portainjertos tolerantes es la estrategia más prometedora en la lucha contra la PBR
Actualmente no existen portainjertos comerciales tolerantes a este patógeno, aunque el IFAPA-Málaga inició un programa de selección de portainjertos tolerantes a R. necatrix hace más de una década, que continua en la actualidad con resultados prometedores. Paralelamente, es crucial encontrar métodos para reducir la incidencia y propagación de la enfermedad en plantaciones existentes.
En este contexto, los resultados de esta tesis doctoral proporcionan herramientas para un manejo integrado que aborde factores ambientales (manejo de riego y estrés hídrico) y biológicos (incidencia de la PBR) que pueden afectar la rentabilidad del cultivo del aguacate.
El solapamiento en las rutas de defensa frente a distintos tipos de estrés permite activar, mediante un estrés controlado (estrés hídrico moderado) genes y rutas metabólicas que protegen a la planta contra posibles estreses futuros (ataque hongos patógenos).
Un estrés hídrico controlado permite a las plantas que puedan ser ‘preparadas’ (en inglés, priming) para defenderse de estreses posteriores
Esto significa que genotipos inicialmente susceptibles a ciertos tipos de estrés podrían desarrollar mayor tolerancia a través de la preexposición a un estrés controlado logrando una respuesta más rápida y eficaz cuando se enfrentan nuevamente a situaciones de estrés.
Los resultados de esta tesis demuestran la posibilidad de utilizar el estrés hídrico como una estrategia para mejorar la tolerancia frente a R. necatrix.
Después de la recuperación de un estrés hídrico moderado, las plantas de aguacate mantuvieron niveles elevados de expresión de genes específicos relacionados con la defensa frente a patógenos y mostraron un retraso significativo en el avance de la enfermedad poniendo de manifiesto la activación de mecanismos de defensa que incrementaban la tolerancia frente al ataque del patógeno.
Estos resultados son de gran relevancia en el contexto previamente descrito, donde la escasez de agua y la incidencia de la PBR son dos factores determinantes para la sostenibilidad y viabilidad de las plantaciones de aguacate actuales.
Además, se abre una vía de investigación sobre el posible beneficio que el manejo del estrés hídrico moderado podría tener para reducir el uso de agua de riego y aumentar la tolerancia frente al estrés biótico.
La disminución puntual del nivel de humedad del suelo podría reducir la dispersión de los hongos patógenos del suelo, estrechamente vinculada a la humedad de este, planteándose como un posible método de control de la enfermedad.
Esta estrategia debe basarse en la inducción de estrés hídrico moderados, asegurando un equilibrio entre los beneficios obtenidos y la pérdida de rentabilidad.