Las primeras estimaciones avanzadas por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) califican las lluvias como “muy esperadas y beneficiosas en líneas generales para la agricultura y la ganadería valencianas después de varios meses de sequía”, pero constata “los primeros daños en algunas explotaciones” y muestra “preocupación por la duración de la DANA ya que la excesiva humedad y la falta de radiación solar podrían provocar problemas en frutas de hueso, hortalizas de temporada, cítricos y uvas”.
En los cultivos de secano, las precipitaciones “han llegado muy tarde para los cereales, pero son magníficas para la uva, la almendra, la algarroba y el olivar porque venían sufriendo un grave estrés hídrico durante las fases de floración y cuajado”. No obstante, en el caso de la variedad de uva Bobal hay “precaución puesto que las bajas temperaturas podrían derivar en marchitez fisiológica”.
Respecto al regadío, donde los agricultores habían empezado a regar tres meses antes que el año pasado y estaban consumiendo un 40% más de agua, estas lluvias “permiten ahorrar riegos y aliviar los costes de producción, recargar embalses y acuíferos y limpiar los árboles”. La parte negativa es que en aquellas zonas donde han descargado excesivas precipitaciones en un breve periodo de tiempo, sobre todo las comarcas centrales y áreas hondas cercanas a cauces y barrancos, ya se han producido campos anegados, arrastre de tierras y rotura de márgenes, muros y otras infraestructuras agrarias”.
El temporal ha interrumpido la recolección de frutas de hueso (melocotón, nectarina, ciruelos, albaricoque, etc.) y de hortalizas de temporada (cebolla, patata, alcachofa, brócoli, etc.) En aquellos cultivos que estaban en el momento óptimo de maduración y, por tanto, a punto de ser recolectados, AVA-ASAJA prevé “mermas de cosecha por ‘clavillat’ en la piel de frutos, podredumbre y ataques de hongos”. Asimismo, si siguiera lloviendo muchas jornadas consecutivas, en los cítricos “podría haber problemas de cuajado como ya ocurrió la primavera pasada”. Por otro lado, La Unió Llauradora i Ramadera afirma que existen daños ya directos en el cultivo de cereza en Alicante.
En ganadería, las lluvias son “positivas” para rellenar depósitos de agua, evitar la necesidad de transportar más cubas de aguas a granjas del interior de Castellón y mejorar los pastos. Para los forrajes, sin embargo, las precipitaciones “llegan tarde y apenas contribuirán a revertir la actual escasez de disponibilidad”.