Este viernes, 28 de enero, se celebra el Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de CO2. Y, a través de la iniciativa ‘La alimentación no tiene desperdicio’, AECOC pone de relieve el impacto que produce el desperdicio alimentario en las emisiones de CO2 a la atmósfera, concienciando al conjunto de la sociedad sobre la necesidad de aprovechar al máximo todos los recursos.
El desperdicio alimentario incide de tal forma que, según el informe ‘Índice de desperdicio de alimentos 2021’, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente (PNUMA) y la ONG WRAP, alrededor del 10% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero está ligado a la comida desperdiciada en hogares, comercios y restaurantes. El impacto de la pérdida de alimentos supone hasta el 34% de las emisiones globales de CO2 si tenemos en cuenta el desperdicio que se produce en las etapas previas del tratamiento de los alimentos, como producción, transporte y almacenaje.
Los datos muestran que reducir el desperdicio alimentario es una de las herramientas más eficaces en la reducción de emisiones, y su prevención está al alcance de toda la sociedad. Según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, los hogares desperdician un 4,3% de los alimentos comprados, con un total de 26,2 millones de kilos de comida perdidos cada semana.
Por lo que respecta a las empresas de distribución, los indicadores de la Estrategia de AECOC ‘La alimentación no tiene desperdicio’ confirman que se sitúa en el 0,95% del total de alimentos comercializados, lo que supone un avance notable respecto al 1,78% que se registraba al inicio del proyecto, en 2012.
Las tasas de desperdicio alimentario en hogares y comercios españoles han mejorado en los últimos años. Sin embargo, resulta clave seguir avanzando en la prevención de la pérdida de alimentos para el cumplimento del ODS 12.3, que marca una reducción del 50% en el desperdicio alimentario en estos dos ámbitos para 2030.
“Es imprescindible seguir trabajando para concienciar a la sociedad de la importancia de evitar el desperdicio de alimentos. Gestos simples como planificar los menús semanales, elaborar recetas de aprovechamiento o llevarnos la comida sobrante en un restaurante pueden resultar de gran ayuda a la hora de seguir reduciendo el desperdicio y su impacto medioambiental”, concluye Nuria de Pedraza, directora de comunicación de AECOC y de la iniciativa ‘La alimentación no tiene desperdicio’.
Proyecto ‘La alimentación no tiene desperdicio’
Desde 2012 AECOC coordina la iniciativa ‘La alimentación no tiene desperdicio’, que en la actualidad reúne a más de 700 empresas de la industria y la distribución que trabajan en el impulso de proyectos destinados a reducir la generación de residuos alimentarios en el sector.
Entre sus líneas de actuación, AECOC organiza cada año el Punto de Encuentro contra el Desperdicio Alimentario para compartir buenas prácticas e iniciativas impulsadas por las empresas para combatir el desperdicio de alimentos. Actualmente coordina también la constitución de una Red de Ayuntamientos contra el Desperdicio Alimentario para impulsar proyectos que impliquen a las empresas locales y a la ciudadanía en la lucha contra el desperdicio alimentario.