Los productores de limón están sufriendo una campaña de ruina. La oleada de plantaciones por parte de grandes propietarios en los últimos cinco años ha provocado una situación de sobreoferta. UPA denuncia que el mercado está saturado y que quedan 400 millones de kilos de limones sin recoger. La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos se ha reunido con el Ministerio de Agricultura y ha propuesto un plan de choque urgente para salvar a los productores familiares.
El responsable del sector del limón de UPA, Antonio Moreno, ha explicado la situación ruinosa que afrontan los agricultores que se dedican a la producción de este producto. En su opinión, en el último quinquenio se han instalado nuevas plantaciones, sobre todo por parte de grandes propietarios, animados por la estabilidad en el precio y las posibilidades de este producto en el mercado de la exportación. Estas plantaciones han provocado ahora una situación de saturación del mercado interior y unas exportaciones que tampoco muestran posibilidades de crecimiento.
Activación de una extensión de norma
UPA se ha reunido el pasado jueves con responsables del Ministerio de Agricultura, a los que ha trasladado sus propuestas para buscar una solución a la crisis que sufren los pequeños agricultores de limón. La organización pide activar una “extensión de norma” para eliminar producto de forma equitativa entre todos los productores. “Sin esa medida los que nos veremos obligados a retirar producto seremos los pequeños productores”, asegura Antonio Moreno. También han propuesto una modificación del reglamento de OPs para no incentivar nuevas plantaciones.
La organización agraria ha pedido también a la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) que refuerce la vigilancia para evitar que se firmen contratos por debajo de los costes de producción, que se estiman en 0,25 euros/Kg. –mientras que se están cerrando contratos a 0,08 euros/Kg–. UPA denuncia que este año se están produciendo prácticas irregulares a la hora de marcar los destríos. Esta mala praxis consiste en que el intermediario, tras recoger la mercancía del agricultor, “informa” de que un determinado porcentaje se considera “destrío”. “Un proceso que debe ser transparente y acordado por ambas partes, y no unilateral”.
La Unión de Pequeños Agricultores ha reclamado un mayor control en frontera de las importaciones, que vienen fundamentalmente de Sudáfrica y Argentina. Los productores muestran su preocupación también por la evolución de las exportaciones de Marruecos y Egipto, que sí compiten con las producciones españoles en cuanto a la época del año, y sobre cuyo rigor con la sanidad vegetal hay “dudas fundadas”.