Una vocación comunicativa con raíces agrícolas
“Soy una apasionada de la comunicación y el diseño”, afirma Beatriz. Para ella, estudiar Publicidad y Relaciones Públicas fue el paso natural para desarrollar habilidades clave en un mundo cada vez más comunicacional. “Esta carrera ofrece un amplio abanico de posibilidades y fue una excelente base para especializarme después en gestión comercial, un área donde tenía claro que quería desarrollarme”, señala.
La especialización en marketing y gestión le permitió entender en profundidad el mercado, diseñar estrategias comerciales y conectar con el cliente. Su formación se complementó con una necesaria experiencia en el departamento de Calidad del Grupo La Caña, donde aprendió de primera mano la importancia de las certificaciones, la trazabilidad y la garantía que esperan los clientes a lo largo de toda la cadena de valor.
El sector hortofrutícola, una elección natural
Beatriz no llegó al sector por casualidad. “Lo tenía claro desde el principio. He crecido en una familia ligada a la agricultura”, explica. Su abuelo, Miguel García Sánchez, fue agricultor y fundador junto a su padre y a su tío del primer almacén de comercialización que dio origen a lo que hoy es Grupo La Caña. “Me apasiona este sector por su dinamismo y su competitividad, que nos obliga a estar en constante aprendizaje”, para García es muy gratificante saber que contribuye a una alimentación saludable con frutas y hortalizas frescas y de calidad.
Aprender desde abajo y crecer con visión de futuro
Su trayectoria en Grupo La Caña comenzó con unas prácticas en el área de Comunicación, para después pasar al departamento de Calidad y, finalmente, integrarse en el equipo Comercial. “Empecé como cualquier otro compañero, aprendiendo de los que ya estaban y conociendo cada proceso: gestión de pedidos, etiquetado, confección, producción en planta… Luego me asignaron una pequeña cartera de clientes y más tarde me especialicé en el segmento ecológico con la marca BioCaña”.
Este proyecto es uno de los hitos más importantes de su carrera. “Rediseñamos el packaging, posicionamos la marca en ferias como Fruit Attraction y pusimos en marcha Eurocastell Bio, nuestro centro de producción ecológica”, explica. Para Beatriz, vender productos ecológicos va más allá de la transacción: “Se trata de promover un consumo responsable y sostenible”.
Marketing y juventud, pilares para el futuro
Beatriz defiende con convicción que las nuevas generaciones están preparadas para asumir puestos de responsabilidad. “Nuestros padres y abuelos lo hicieron sin apenas formación. Nosotros tenemos herramientas, conocimientos y, sobre todo, la oportunidad. Pero no basta con estar preparados, hay que estar dispuestos y tener pasión por lo que hacemos”.
En un sector donde los departamentos de Marketing aún son escasos, cree firmemente que los jóvenes deben liderar este cambio. “Tenemos que dar visibilidad al trabajo que hay detrás de cada fruta y verdura: el esfuerzo del agricultor, la apuesta por la sostenibilidad, la inversión en innovación… y el marketing es clave para comunicar todo esto al consumidor”.
Relevo generacional, el gran reto
Sobre el relevo generacional, Beatriz reconoce que es el gran reto de la agricultura del futuro. Apunta a una combinación de falta interés entre los jóvenes por el campo y un mayor acercamiento del sector a los jóvenes, para que lo conozcan en profundidad. “En nuestra empresa apostamos por acercarles al sector con convenios con universidades y centros de FP, para que vean que es un entorno innovador, con múltiples salidas profesionales”.
Según Beatriz, uno de los grandes obstáculos es la percepción social. “Durante años se ha dicho aquello de ‘o estudias o te quedas en el campo’, y eso ha generado una imagen distorsionada”. Hoy, el agricultor es un empresario que necesita formación técnica y capacidad de gestión. Además, en las empresas hortofrutícolas hay una gran demanda de perfiles cualificados: técnicos, responsables de Calidad, laboratorio, comerciales, Marketing… “Es un sector con muchísimo futuro y tenemos que trabajar más y mejor en comunicarlo”, concluye.