En verano, es normal irse de vacaciones y dejar la nevera vacía, o casi. Volver a casa después de una escapada y encontrarse comida pasada o salir a pasar el día fuera y llevarse fruta, apetecible y fresca… que luego no se come y se acaba desechando. El desperdicio de comida es un hecho, y en estas fechas estivales, aún más.
Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en primavera y verano se desperdician más alimentos que durante el resto del año. Y es que el verano es un periodo especialmente crítico para la conservación de muchos alimentos, sobre todo los que no siempre se meten en la nevera, como pasa con algunas frutas y verduras. Según el MAPA, la fruta y verdura fresca son unos de los productos que más se desperdician, debido a una mala conservación de ellos.
Cómo conservar frutas y verduras
Si no queremos acabar tirando estos productos, es importante saber cómo conservarlos y qué tipo de conservación tiene cada uno.
Algunos se pueden dejar hasta que maduren fuera de la nevera, pero luego se deben refrigerar, porque se pueden deteriorar rápidamente y cambiar de maduros a pasados: esto sucede con algunos como las ciruelas, los melocotones, los aguacates, las nectarinas o los kiwis, frutas de esta temporada.
Los tomates no aguantan bien en la nevera. Es mejor comprarlos maduros si son para uso inmediato y dejar los más verdes que maduren a temperatura ambiente; si vemos que se van a pasar, es el momento de refrigerarlos o usarlos para hacer gazpachos o salsas.
Para la Sandía, el melón y la piña, si están sin abrir, no se deben guardar en la nevera. Una vez cortados, deben refrigerarse porque pueden crecer bacterias patógenas en la zona de corte, que, además de estropear la fruta, pueden producir intoxicaciones.
Las patatas y cebollas no deben guardarse en la nevera. Si decides refrigerarlas, no las uses después para freír, pues generarán más acrilamida, que es una sustancia química que se forma en los alimentos ricos en almidón y no debe tomarse en exceso.
Las zanahorias, cebolletas, puerros, nabos y judías verdes es mejor meterlos en la nevera para que no se estropeen debido al calor.
Para la fruta y verdura que nos sobra al irnos de vacaciones
Esta es uno de las situaciones más comunes. A pesar de que no hay demasiadas cosas en el frigorífico, quedan esas frutas y verduras que no sabemos qué hacer con ellas.
Con la mayoría se pueden hacer purés o cremas frías, que después se congelan fácilmente y se pueden aprovechar en cualquier momento, incluso se pueden dejar en el congelador mientras las vacaciones.
Pero también hay muchos vegetales que se pueden congelar directamente, probablemente la solución más rápida y fácil. Es cierto que la textura de estos alimentos puede verse algo resentida, sobre todo cuando son muy ricos en agua, pero son perfectamente utilizables para otras cosas como batidos y smoothies o ingredientes en recetas de dulces, bizcochos, galletas, entre otras.
Los tomates se pueden congelar enteros directamente: se estropeará su textura, pero no el sabor. Por lo que al usarlos para salsas o gazpachos no se notará la diferencia.
Los calabacines y berenjenas se pueden congelar en bastones, trozos o rodajas con un escaldado previo y enfriado rápido, se dejan secar bien y a continuación se envasan en bolsas intentado quitar todo el aire posible.
Las cebollas, ajos, hierbas aromáticas se pueden trocear y congelar. En el caso de la cebolla, mejor en aros o en trocitos, se deja que escurra el agua y después se envasan. Después se pueden usar directamente congelados en recetas a la sartén o en un guiso.
Las patatas no quedan bien congeladas. Es mejor intentar conservarlas fuera de la nevera y protegidas de la luz.
Los plátanos y las frutas pequeñas como las uvas y frutos rojos se pueden congelar directamente, y luego usarlos para endulzar bizcochos, galletas, batidos, smoothies, y postres en general.
Las frutas grandes como melocotones, fresquillas, nectarinas, mangos o kiwis se pueden cortar en trozos y congelar para usar en batidos y smoothies.
Cuidado con las piezas que tengan moho
Hay que tener en cuenta que todos estos consejos y recomendaciones son para piezas en buen estado, o tan maduras que no van a aguantar ya casi tiempo, pero no para frutas o verduras estropeadas.
Si los vegetales se ponen mohosos en muchos casos sí habrá que tirarlos. Solo se pueden salvar las frutas “turgentes”. En estas bastaría con quitar la parte mohosa y un trozo alrededor, con 2 centímetros de margen de seguridad alrededor y por debajo; en cambio, la carne tierna y húmeda de vegetales blandos o harinosos (tomate o pera, por ejemplo) se presta a que penetren los filamentos del micelio de los hongos, por lo que es recomendable desecharlos.
Fuente: Granada Digital