Condicionados por la escasez de agua y el clima
El sector de frutas tropicales reclama soluciones para regar sus cultivos ante la sequía extrema y la falta de recursos hídricos, que han mermado entre un 60 y un 80% las producciones. Esta situación y el incremento de los costes suponen los dos mayores retos a corto y medio plazo.
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Elio Sancho
La producción de frutas tropicales en España depende en gran medida de la disponibilidad de agua para riego y, en la campaña 2022/2023, la situación de sequía extrema en muchos de los territorios productores, unida a las elevadas temperaturas, las restricciones para regar y la falta de alternativas, han mermado las cosechas en un 60% en el caso del aguacate, y un 80% en el cultivo de mango.
Bajos precios y abandono de fincas. Esta situación ha provocado que la campaña no haya sido buena, en líneas generales. Así lo han constatado los productores, que consideran que ante la falta de agua no han habido soluciones reales como el uso de aguas regeneradas, ya que en muchas zonas como la Axarquía malagueña, estas no han sido aptas para el riego. También han lamentado el aumento de los costes de producción debido al alza de precios de los insumos, y los bajos precios registrados en origen, principalmente, al comienzo de la campaña, lo que ha provocado que muchas explotaciones de aguacate y mango hayan dejado de ser rentables causando, incluso, el abandono de algunas fincas.
UPA Málaga ha cuantificado la reducción de la producción de mango en la comarca de la Axarquía en un 85%, mientras que la de aguacate la cifra en un 60%. Su secretario general, Francisco Moscoso, recuerda que lo que hace unos años se vio como “la alternativa perfecta al olivar”, ahora se ha convertido en un cultivo “lastrado por la sequía”, que mira al futuro con incertidumbre. La Asociación Española de Tropicales ha calificado la campaña como “mala” por culpa de la sequía más grave de los últimos años, que ha afectado especialmente a las cosechas de mango y aguacate. El presidente de la AET, Álvaro Palacios, calcula que se han talado entre un 20 y un 30% de los árboles de aguacate en la Axarquía porque “es imposible mantenerlos” por la falta de agua para su riego.
Más agua para chirimoya y papaya. Las estimaciones que realiza la AET para los cultivos de chirimoya y de papaya son más positivas, gracias a que han contado con más agua, pues en las zonas de cultivo de la Costa Tropical de Granada se han mantenido las dotaciones de riego en mejores condiciones que en la Axarquía.
Cotizaciones al límite de la sostenibilidad. Los precios de la chirimoya se han situado entre los 0,80 y los 0,90 euros/kilo, unos 40 céntimos más bajos de media para el productor respecto a años anteriores durante el pico de producción de la campaña, que este año se ha adelantado por el calor extremo. Esta situación ha provocado que el año se considere bastante malo por los propios agricultores, que apenas logran cubrir los costes de producción.
Exportaciones dispares. Mientras las exportaciones de aguacate han aumentado significativamente respecto al año pasado y continúan creciendo en la última década, las de mango se han reducido notablemente en el último año, dada la reducción de producción.
Unir fuerzas e invertir en infraestructuras. Para hacer frente a esta situación, el sector aboga por impulsar la conexión entre cuencas hídricas e incrementar el aprovechamiento de los caudales de las aguas terciarias, optimizando su uso y apostando por inversiones en nuevas estaciones depuradoras de aguas residuales. Por ello, solicitan más voluntad política a escala nacional y mayor apoyo por parte de las diferentes administraciones, de forma que aúnen fuerzas para buscar soluciones reales e incrementar las inversiones en obras hidráulicas.
Buscar nuevos mercados y ampliar el calendario. Otros retos a más largo plazo para el sector de las frutas tropicales radican en la búsqueda de nuevos mercados en Europa, aprovechando el aumento de la demanda, así como mejorar el posicionamiento en los países compradores más importantes en la actualidad, Alemania y Francia. Asimismo, para mejorar la productividad y la rentabilidad, los expertos señalan la necesidad de aprovechar las posibilidades que ofrece el cambio climático, para explorar nuevos territorios de producción, lo que ampliaría el calendario productivo, abarcando una mayor presencia en los mercados, contrarrestando el elevado nivel de importaciones que realiza España. Para conseguir esto, es imprescindible que las casas de semillas continúen investigando en el desarrollo de nuevos materiales con calendarios más amplios y la posibilidad de producir en otras zonas de España menos comunes y con mayor disponibilidad de agua para riego.
Valor añadido. Es importante desarrollar el valor añadido del producto, mejorando la calidad e innovando en los cultivos, aumentando la apuesta por el ecológico. Los distintivos de calidad y los certificados de origen asociados a la misma suponen, asimismo, un buen reclamo para el consumidor y suelen ser garantía de un mejor precio para el productor. Además de las frutas tropicales comercializadas en fresco, existe una tendencia creciente en el mercado que reclama cada vez más productos transformados, lo que supone una gran oportunidad para ampliar la gama de formatos que pueden satisfacer las necesidades de los consumidores finales.