Las exportaciones españolas de frutas y hortalizas frescas han estado creciendo de forma ininterrumpida desde hace casi cinco décadas tanto en volumen como en valor. En paralelo también lo han hecho las importaciones, pero a menor ritmo, por lo que el balance siempre ha sido positivo y creciente.
Sin embargo, algo ha pasado a partir de 2019 con los volúmenes y los precios. Los acontecimientos se produjeron en cascada, la pandemia en 2020 y la guerra de Ucrania en 2022 que alteraron de forma significativa la situación geopolítica mundial y provocaron unos fuertes incrementos de precios en energía, transporte y materias primas que incidieron directamente en el comercio mundial.
Evolución de las exportaciones en volumen y valor
Al analizar la evolución de las exportaciones, se observa como en 2019 se produce el inicio de una tendencia a la baja, aunque las hortalizas se mantuvieron estables en 2020 y 2021, agudizándose su descenso en 2022 y 2023. Sin embargo, las frutas empezaron ya en 2020 su descenso y éste continua (ver gráfico 1).
Por su parte, si nos centramos en la última década y nos vamos a las cifras claves de esos años y además nos fijamos en las diferentes especies de productos que conforman cada grupo (Cuadro 1), en su conjunto las cifras de volumen del año 2023 son las más bajas de todo el periodo y por tanto bajan respecto a 2013 (-3,91%) y más respecto a 2023 (-16,60%).
El comportamiento en hortalizas mantiene un crecimiento respecto a 2013 (+8,59%) y una bajada más suave respecto al 2019 (-8,83%). Pero, son claramente los tomates los que más bajan respecto a 2013 (-45,61%) y respecto a 2019 (-27,92%), por lo que podemos claramente pensar en una situación estructural más que coyuntural. Le siguen en descenso sobre todo en los últimos cuatro años las cebollas (-24,36%) y los pimientos (-14,14%) y ambos bajando progresivamente desde el 2019 por lo que también podemos imaginar que hay una evolución estructural más allá de cuestiones coyunturales climáticas.
En frutas la bajada es constante tanto respecto a 2013 (-12,41%) como respecto al año récord 2019 (-22,20%). Los cítricos con su bajada absoluta de más de 1 millón de toneladas respecto a 2013 y a 2019 arrastran al conjunto de las frutas y esta bajada tan fuerte en solo cuatro años nos indica que estamos ante un cambio estructural. Los otros dos grandes descensos, melones y fruta de hueso, se han agudizado especialmente en el último periodo.
Por el contrario, el grupo de exóticos, liderado por las exportaciones de aguacate y bananas, ha crecido, pero en ambos casos no podemos olvidar que hay una parte de estas exportaciones que son re-exportaciones.
Por su parte, si analizamos la comparación de los volúmenes de exportación y los superponemos al valor de estas exportaciones tenemos (Gráfico 2), vemos como el valor de las exportaciones tiene una relación inversa respecto al volumen de éstas, ya que a partir de 2020 se alejan de forma constante. La razón es simple, los precios de exportación han crecido mucho más que el descenso en volumen, no solo compensando las bajadas sino además incrementando el valor de estas.
Así, mientras en el periodo 2013 a 2019 las exportaciones crecieron en volumen un 15,22%, en valor lo hicieron un 28,54% porque los precios por kilo crecieron un 11,56%. Sin embargo, en el periodo 2019 a 2023 las exportaciones en volumen bajaron un 16,60%, mientras que el valor subió un 22,37% porque los precios medio por kilo subieron en esos cuatro años un 46,73%. Por consiguiente, se ha exportado menos pero bastante más caro.
¿Están cambiando estructuralmente los precios de venta, porque ha subido la inflación, porque España defiende mejor sus precios, porque se está cambiando la ecuación de productos que conforma el precio medio, porque dentro de los mismos productos se están ofreciendo más parte de calidades premium, o por todos estos factores juntos, según productos?
Para poder afinar algo más las respuestas a esta batería de preguntas hemos elaborado unos cuadros donde podemos observar cual ha sido la evolución en el periodo 2019 a 2023 del comportamiento de las diferentes especies en las que hemos segmentado los dos grandes grupos, tanto en volumen de toneladas como en valor en precio por kilo.
Para el conjunto de las hortalizas, en estos cuatro años el volumen en toneladas ha bajado (-4,05%), pero el valor ha subido (+35,70%) porque los precios han crecido (+41,43%).
En este conjunto vemos como en valor total solo bajan las judías, cuyas exportaciones en volumen bajan mucho más que suben los precios, si bien debemos señalar que la mayoría de las exportaciones de judías son re-exportaciones importadas desde Marruecos.
En volumen solo crecen cuatro productos menores, patatas, zanahorias, berenjenas y las demás, pero todas suben en precio excepto las patatas que prácticamente no se mueven.
Las restantes hortalizas bajan todas en volumen, pero el incremento de sus precios compensa la bajada de volumen y el valor absoluto de sus exportaciones en euros, por tanto, también crece. Merece especial comentario el caso de los tomates, cuya evolución durante estos años se recoge en el Cuadro 2.
Es evidente que dentro del grupo de tomates ha habido una gran evolución desde el tomate canario, de ensalada, en rama normal o pera, a toda la gran oferta actual de cherries, cherries en rama y los diferentes colores, Kumato, Raf, Rosa, etc., nos ha llevado a una gran revalorización de la categoría.
No obstante, el que prácticamente obtengamos casi el mismo valor para nuestras exportaciones de tomate en 2013 que en 2023 nos habla del gran problema estructural que implica la gran competencia de Marruecos, competencia que como todos sabemos no siempre es totalmente leal, entre otros temas porque no cumplen con muchas de las exigencias de producción que nos impone la Unión Europea, además de las condiciones de vida de sus trabajadores.
En cuanto al conjunto de las frutas, en el Gráfico 4 observamos que, en estos cuatro años, aunque globalmente han bajado en volumen (-22,20%), han subido en valor (+12,64%) porque los precios medios han subido (+44,78%).
Las subidas del valor total de las exportaciones de los diferentes grupos se registran en todos los grupos. En cítricos (+7,28%), en frutos rojos (+17,59%), en frutas de hueso (+23,56%), en melones y sandias (+8,75%), en exóticos (+17,55%), en uva (+1,65%), en kakis (+13,87%), en manzanas (+2,70%), y en plátanos (+60,81%).
Por lo tanto, prácticamente en casi todas las especies de frutas y hortalizas se repite la tendencia de menos kilos, pero más valor absoluto, porque el precio compensa con creces la bajada en volumen.
Origen geográfico por zonas de las exportaciones
La evolución a lo largo de la última década del peso en volumen de toneladas de las diferentes comunidades autónomas sobre el total de las exportaciones; y la diferencia entre su peso en 2013 y 2023, se recoge en el Gráfico 5.
Vemos como en estos años se ha producido el adelanto de Andalucía a la histórica posición de líder que mantenía la Comunidad Valenciana y que muestra como la gran caída en cítricos y, a su vez, más centrada en naranjas y mandarinas que en limones, aún lastra más este descenso.
El ligero descenso de Andalucía y Murcia de 2019 a 2023 se debe sobre todo al crecimiento del Valle del Ebro y las dos Castillas, ya que Extremadura mantiene estable su peso sobre el total.
El que la suma de las tres zonas menores haya pasado en este periodo de pesar el 12,73 al 15,61% sobre el total de las exportaciones españolas es un dato relevante sobre la evolución de estas nuevas zonas.
Desde una perspectiva global, la incorporación de nuevas zonas a las clásicas de la costa del Mediterráneo y Andalucía añade colorido a la acuarela de provincias exportadoras y refuerza la oferta española, a pesar del descenso absoluto que hemos observado en este articulo y acentuado desde 2019.
Destino de las exportaciones
Si analizamos los datos del Cuadro 3, sobre el destino de las exportaciones totales a lo largo de este periodo por continentes, vemos que la concentración de las exportaciones españolas en el continente europeo es evidente (95 a 97%), a pesar del bloqueo ruso en agosto de 2014 por la adhesión de Crimea o la Guerra de Ucrania en febrero de 2022.
Las exportaciones a ultramar solo rozan el 5% en el año récord de 2019 y desde entonces han ido reduciéndose hasta alcanzar el 3% este último año.
Qué pasará con las exportaciones. ¿Influencia coyuntural o estructural?
Coyuntural es la primavera muy lluviosa y sin sol del año 2022 o la sequía que afectó al Guadalquivir y al Guadiana durante todo 2023. Pero, como se ha comprobado, no se ha repetido ese tipo de primavera y las lluvias de la primavera de 2024 primavera han resuelto, momentáneamente, la sequia de esas dos cuencas y la que amenazaba a Cataluña.
Estructural es la situación de costes por la mano de obra en Egipto y Marruecos que toca directamente a cítricos, patatas, tomates, frutos rojos o pimientos fundamentalmente. Si bien este tema se ve agravado porque hay un efecto perverso al ser las exigencias de cultivo mucho más elevadas para la producción europea que la que existe en estos países en productos fitosanitarios autorizados, aparte de las exigencias laborables y de respeto a los derechos humanos.
Este tema se podría resolver si las “clausulas espejo” se cumplieran totalmente, tema que de momento se ve muy difícil de conseguir ya que en Europa está totalmente prohibido el uso de clorpirifos y a ellos solo se les exige que no tengan residuos de clorpirifos, lo cual todos los agricultores europeos sabrían hacerlo.
Evidentemente, este problema es estructural porque, por otra parte, el consumidor europeo no está, de momento, dispuesto a dar valor al esfuerzo que hacen los agricultores europeos en comparación con los de países terceros. Está situación se debe en parte a que no se está explicando bien lo que supone producir en Europa, con producto de cercanía, con menos huella de carbono, con normas más respetuosas en todos los sentidos con el medio ambiente y la seguridad alimentaria de estas frutas, lo cual exigiría, además de campañas de posicionamiento del producto europeo, una mejor identificación de este. Por ejemplo, con la imagen azul de la bandera europea.
Pero hay un tema estructural más profundo, que nace de la esencia del momento en que se fundó el Mercado Común Europeo, antesala de la actual Unión Europea y del actual Mercado Único. En sus inicios fue pensado para importar de países menos desarrollados a los que exportar productos industriales manufacturados. Está situación condujo a una centralización en Bruselas de los acuerdos de libre comercio y de importación, pero se dejaron fuera los acuerdos de exportación relacionados con las normativas sanitarias y fitosanitarias para los productos frescos agrícolas.
Esta bipolaridad en los temas de frutas y hortalizas nos lleva a una situación en la que todos los países terceros negocian con Bruselas para toda la Unión Europea las condiciones fitosanitarias de sus exportaciones, pero cuando los países de la Unión quieren exportar a esos países terceros tienen que negociar por separado, país a país y producto a producto.
Esta situación nos ha llevado a la firma por parte de España y del resto de países de la Unión Europea, de unos draconianos Protocolos de Exportación, que en muchos casos son verdaderos Protocolos de No Exportación. Protocolos que por otra parte se corresponden con países que vienen a Europa sin ningún tipo de protocolo para los mismos productos.
Y en este caso están algunos países con grandes posibilidades para las exportaciones españolas, pero que esos protocolos o simplemente nos impiden exportar o nos encarecen tanto las operaciones que al final las exportaciones son meramente testimoniales. En ese caso están Estados Unidos, México, India, China, Corea del Sur, Japón y Nueva Zelanda, entre otros.
Se da el caso que incluso en los Acuerdos de Libre Comercio (FTA), de forma sistemática se dejan excluidos esos temas, porque como se negocia en Bruselas, son temas de los países miembros.
Tristemente no hay visos de resolución a esta enorme contradicción comercial, ya que no parecen los Estados miembros dispuestos a ceder más competencias a Bruselas, que tampoco parece que le atraigan este tipo de más competencias, y de momento parece que políticamente hablando este tema no esta en la agenda.
Si este tema estuviera centralizado en Bruselas, no se admitirían importaciones de otros países si no nos admitieran a los países miembros exportar a estos países terceros en las mismas condiciones, o sea sin protocolos.
Mis estimaciones particulares son que las exportaciones de volumen españolas se van a estabilizar e incluso subirán un poco respecto al año 2023, pero sin llegar a las cifras récord de 2019, en parte por la poca cosecha de cítricos actual, pero es muy probable un crecimiento de las hortalizas, de las sandías y de la fruta de hueso. A los temas estructurales relacionadas con Bruselas tendremos que esperar.
Nota del autor
En este artículo se han utilizado las cifras de Datacomex disponibles, que van desde 1995 a 2023. Se ha trabajado con las partidas arancelarias 07 Hortalizas y 08 Frutas; aunque, para poder hacer el análisis solo de las frutas y hortalizas frescas, se han usado las partidas arancelarias 0701 a 0709 en el caso de las hortalizas, no considerando las siguientes para excluir las cocidas, conservas o congeladas.
Y en el caso de las frutas se han excluido 0801 cocos, 0802 almendras, nueces, pistachos y se han usado desde 0803 hasta 0810, excluyendo el resto que son las conservas, los congelados y otras partidas no frescas.
Fuente: Distribución y Consumo