En este número hemos querido hablar de sostenibilidad, pero no de la cacareada palabra que todo el mundo utiliza para justificarse con los consumidores, que cada día están más concienciados y reclaman productos que de verdad sean sostenibles. Para ello, con Fernando Ortega, hemos querido profundizar en lo que significa para el sector y hacia dónde se debe dirigir.
Los productores tienen que trazar una hoja de ruta de la sostenibilidad que no implique solo lo medioambiental, sino que hable de una sostenibilidad global, incluyendo las semillas. Por ello, en nuestro especial de tomate, la hemos abordado con las casas de semillas. Las resistencias y la rusticidad van a hacer que este cultivo sea viable en momentos tan complicados como los que estamos viviendo y tenga futuro.
Queremos con todos estos artículos que el sector tenga claro qué es ser sostenible, y no lo confunda con algo necesario solo para que la distribución le compre. En esta línea, debe llevar a cabo una serie de cambios; ser sostenible en frutas y hortalizas, como hemos dicho antes, es asegurar la actividad agraria, por lo que debe ser integral y englobar todos los procesos que se realizan.
El sector hortofrutícola es de los más sostenibles y debe liderar el agroalimentario, pero para ello debe tener muy claro qué es y, sobre todo, la conciencia de un trabajo para preservar nuestro planeta y que las generaciones futuras disfruten de un mundo mejor.