No tenemos muchas ocasiones de estar orgulloso de nuestros políticos, ni como español, ni como andaluz ni como agrónomo. Por esto cuando veo que la Consejera de Agricultura de mi región, Carmen Crespo, afirmar que la sostenibilidad es clave para responder a la demanda hortofrutícola, cuando veo que expone los esfuerzos que se están realizando, cuando exalta el alto compromiso de los agricultores y ganaderos con el cuidado del entorno, les confieso que disfruto. Esto lo podía haber dicho y lo comparte plenamente este Paranoico. Hizo estas declaraciones en donde hay que hacerlo, en Fruit Logistica en Berlín, el corazón del primer comprador europeo y la gran feria hortofrutícola del inicio de campaña.
Al sector hortofrutícola español, le queda camino por recorrer, pero por este camino vamos bien. Somos pioneros en agricultura ecológica y lucha integrada y en conseguir, como dijo la Consejera, productos con las tres “s”: sabrosos, saludables y, como no, sostenibles. Esto es un buen punto de partida tanto para consolidar nuestra posición comercial en los mercados de la Europa central (y, en primer lugar, Alemania) como para diferenciarnos de nuestros competidores, en particular de terceros países.
Tenemos mucho a favor porque la sostenibilidad exige profesionalidad, investigación, extensión de los resultados, organización de la producción, sentido de la responsabilidad, profesionalidad en el producir y el comercializar, certificación y control, rigor en el vigilar el cumplimiento de las reglamentaciones… Todo esto lo tenemos en España en un clúster complejo que integra a todos los actores de la cadena, desde la producción a la comercialización pasando por la investigación pública y privada y las administraciones.
También sabemos por dónde hay que caminar para seguir progresando. En lo medioambiental, la asignatura clave es el uso sostenible del agua, tanto en calidad como en cantidad. En otro pilar de esta sostenibilidad, el social, todo el sector es consciente de los esfuerzos a realizar, en particular en condiciones laborales y alojamientos de los trabajadores. En el tercer pilar, el económico, hay que seguir avanzando en la vertebración del sector, su organización con las dos patas de las organizaciones de productores y sus asociaciones (donde se pueden integrar operadores que no son OPs) a nivel del Estado y, ¿por qué no?, entre varios Estados miembros por un lado y las interprofesiones por otro.
Hay trabajo por delante y el compromiso de las administraciones para acompañar y facilitar este camino al sector es esencial. Declaraciones como las que comentamos son una buena señal, pero crean expectativas que si se defraudan pueden volverse contra nosotros como un bumerán. No olvidemos que nuestros competidores estarían encantados de poder demostrar que una cosa son las palabras y otras los hechos.
Hay curro por delante, pero no amarguemos en exceso los momentos de buen rollo, que no hay tantos.
