“La esencia está en el campo, si la pierdes, también pierdes la perspectiva del consumidor”
Juan MARÍN, presidente de Proexport.
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Tras más de 35 años en el sector hortofrutícola, pocas personas tienen en Europa el conocimiento y la perspectiva de Juan Marín. La pasión que imprime a su trabajo y la defensa del que realizan tantos agricultores como representa, son la motivación diaria para seguir demandando un mercado más equilibrado y justo para toda la cadena. Se define como una persona de consenso, de diálogo, y considera que la clave de su éxito son sus equipos. Actualmente, preside la Asociación Europea del Comercio de Frutas y Hortalizas (Eucofel), la Asociación de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas de la Región de Murcia (Proexport), la Comunidad de Regantes de Lorca, es responsable de la sectorial de brásicas en la Federación Española de Asociaciones de Productores-Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex) y gerente y propietario de la empresa Campo de Lorca.
Con padres y abuelos agricultores, desde niño compartió los estudios con las tareas del campo. Se formó como graduado social en la Universidad de Murcia, pero ese contacto directo con la agricultura marcaría el futuro de Marín, quien vivió en primera persona cómo el sector y su empresa comenzaron a abrirse a la exportación y la especialización para hoy alcanzar la dimensión que tienen. Confiesa que su gran referente es su madre, quien le enseñó el valor del esfuerzo, el trabajo, el sacrificio, y saber tratar a tus empleados; de hecho, con más de 80 sigue presente en la empresa, “es la figura que me ha marcado mi vida”, añade Marín. Pero también lo han hecho sus clientes, porque son quienes han complementado esos valores aprendidos en casa añadiendo a ellos el compromiso, la innovación y la diferenciación, “y una frase que para mí es muy importante: hay que producir aquello que se vende, no vender lo que produces, porque solo iremos en contra de los mercados”, concluye Marín.
Para comprender su influencia en el sector nos remontamos a sus inicios en Proexport hace 25 años, donde comenzó como responsable sectorial de brócoli y coliflor. Consciente de que algunos de los grandes problemas del sector eran y son el tamaño y la dimensión, muchas de las demandas que tenían como empresas no podían alcanzarse si no era a través de una asociación u organización. Desde entonces, su trabajo se ha enfocado en la agrupación y asociación como herramienta para alcanzar grandes objetivos. Hace 11 años se produce su nombramiento como presidente de Proexport y hace dos es nombrado presidente de Eucofel, afrontando retos tan trascendentales para España como la PAC, el Brexit o el veto ruso, y tratando directamente con el comisario de Agricultura la problemática del sector a nivel europeo.
“Siempre he mirado adelante, tengo frustraciones por proyectos que no llegaron a buen puerto o quedaron en el camino, pero el balance es muy positivo”, responde Juan Marín cuando le preguntamos por las cualidades para liderar tantos frentes. Considera fundamental saber dónde está el problema y luego ser capaz de analizarlo, localizar las carencias para que los interlocutores sepan abordarlo y finalmente se pueda decidir cómo afrontarlo. Para alcanzar su posición, pone como base que “tienes que venir de abajo, conocer muy bien el sector porque la esencia está en el campo, si la pierdes, también pierdes la perspectiva del consumidor”, puesto que si no lo has vivido, no la detectas y no la conoces. Igual de importante es escuchar a los asociados, y sobre todo llegar a puntos de consenso, y valorar el trabajo de tu equipo: “Ellos me lo han hecho muy fácil, con trabajo y esfuerzo, hemos podido hacer un grupo fuerte y sin fisuras, consiguiendo llevar nuestras demandas allí donde hemos querido”.
Accedió a la Presidencia de Proexport en plena crisis económica (2009) y ahora los economistas vaticinan una nueva recesión; sin embargo, Marín es optimista por el mayor nivel de profesionalización que entonces y la respuesta dada durante el estado de alarma, que refuerza la posición estratégica de la agricultura. Finaliza poniendo en valor el esfuerzo que están haciendo las empresas y cooperativas para adaptarse a las nuevas circunstancias.