La elevada mortandad de las plantas de fresa y cómo afecta a la rentabilidad del sector fue uno de los temas abordados ayer en el I Encuentro Digital de Frutos Rojos, organizado por la revista Mercados. Bajo el título ‘Situación actual del desarrollo varietal de fresa’, responsables de empresas obtentoras, viveros y productores analizaron las causas de «esta mortandad, que puede llegar a alcanzar, incluso, el 30%», como puso de manifiesto Alfredo Arcos, director técnico de Fresón de Palos.
La cada vez mayor diversidad de variedades, que han pasado de 20 a 117 en poco más de 15 años, según la Asociación Nacional de Viveros de Fresa, unida a la práctica inexistencia de materias activas para la desinfección de suelos y el tratamiento de los cultivos, o la demanda constante por parte del sector de plantas más tempranas han dado lugar a un ‘caldo de cultivo’ que está repercutiendo gravemente en la rentabilidad de los viveros comerciales.
“Nuestra rentabilidad ha caído en picado, sobre todo en los últimos tres años”, lamentó Javier Palacios, presidente de la Asociación, quien llegó a afirmar que “el negocio es de los obtentores, que no tienen riesgo, pero nuestra rentabilidad es nula”. Y es que, según explicó, aunque el vivero provea de una planta sana a sus clientes, si aparece algún problema –incluso 50 días más tarde-, “nos hacemos responsables”.
Según Palacios, los viveros trabajan con el único objetivo de minimizar la mortandad; para ello, seleccionan escrupulosamente la planta inicial y, a partir de ahí, realizan un exhaustivo seguimiento a los clones atendiendo a criterios de calidad de la fruta, nivel de Brix, producción… “Es casi imposible que se nos escape un mutante”, afirmó.
Sin embargo, y a pesar de este trabajo en los viveros, y que respaldan laboratorios como Val Genetics, que “controlamos la trazabilidad desde la planta madre”, como comentó la Dra. Magdalena Cervera, responsable de cultivo in vitro, lo cierto es que la mortandad en las plantas de fresa es un problema con una solución cada vez más difícil.
En este sentido, Alfredo Arcos lamentó que, actualmente, las empresas obtentoras “se centran en la búsqueda de la precocidad o la producción, dejando de lado otras cuestiones”, como podrían ser las resistencias, fundamentales para sacar adelante un cultivo cuando no hay materias activas disponibles. Arcos se refirió, además, a la problemática para encontrar suelos “con garantías” en los viveros de altura, donde la situación es aún más complicada por la falta también de esas materias activas para la desinfección de suelos.
Una vez en Huelva, y a pesar de que la planta haya salido del vivero en condiciones excepcionales, lo cierto es que, “a los 40 o 50 días, comienzan a aparecer problemas” y el agricultor se encuentra con nuevas trabas: primero, vuelve a no tener alternativas para tratar su cultivo y, en segundo lugar, cuando estos problemas aparecen “ya es muy tarde para replantar”. El resultado no es otro que esa elevada mortandad.
El papel de los obtentores
De ello habló, entre otros, Francisco Jover, director técnico de Eurosemillas. Jover defendió la baja mortandad de sus variedades, que cifró en apenas un 1-2%. La empresa obtentora lleva más de 50 años en el sector y, a día de hoy, cuenta con más de 40 variedades de diferentes especies, entre ellas de berries.
En el caso de los frutos rojos, además de la coordinación documental, Eurosemillas se dedica a la coordinación de una red de ensayos a nivel mundial, garantizando de este modo que cada variedad mantiene la calidad y las diferentes características por las que ha sido seleccionada en las distintas partes del mundo. “Somos muy críticos y estrictos en los procesos de selección de la planta madre”, afirmó Jover, quien añadió que, posteriormente, “realizamos un seguimiento también en el vivero”.
El I Encuentro Digital de Frutos Rojos organizado por la revista Mercados cuenta con el patrocinio de Onubafruit, Syngenta y Bioline Iberia, así como con la colaboración de Interfresa, Freshuelva, Eurosemillas, Induser, Valgenetics, Berrypro y Naturplás.