AECOC: Innovar permite introducir los productos en nuevos entornos
José María Bonmatí, director general de AECOC, expone en este artículo la evolución del ticket de la compra, así como los beneficios que ha supuesto la reducción del IVA de las frutas y hortalizas del 4 al 0% y la importancia de la innovación y la comunicación en el sector.
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Evolución del ticket de compra
En términos generales, la inflación está ejerciendo una influencia clara en la toma de decisiones de los consumidores que tratan de contener y adaptar su ticket de compra al presupuesto que, en cada momento, gestionan. Tal y como confirma la 5ª edición del ‘Barómetro sobre la evolución del ticket de compra’ elaborado por AECOC Shopperview en colaboración con Gelt Solutions, el 46% ha dejado de comprar productos que antes adquiría para poder así controlar mejor su presupuesto, optando por un consumo más racional, planificado y de cestas más pequeñas.
No obstante, en el caso de frutas y hortalizas se suman efectivamente otros factores como los cambios en las tendencias de consumo que, en muchos casos, priorizan otro tipo de productos en lugar de las frutas y hortalizas. Ahí es donde más hay que trabajar para seguir poniendo en valor que los productos hortofrutícolas forman parte esencial de una dieta sana y equilibrada y que, por tanto, es imprescindible intensificar su consumo.
Presión regulatoria
La reducción del IVA de las frutas y hortalizas de un 4% a un 0% ha sido una buena medida que, desde AECOC, hemos defendido y apoyado para que precisamente nadie tenga que renunciar a estos productos por razones económicas, pero, efectivamente, no ha sido suficiente para mantener el consumo en los niveles recomendables. En ese sentido, la presión regulatoria que sufren las empresas agroalimentarias no sólo no contribuye a la contención de precios, sino que además expone a las empresas a desventajas competitivas que lastran la evolución de sus negocios.
Las empresas españolas tienen costes de producción más altos que otros competidores debidos, en parte, a que deben afrontar normativas laborales, medioambientales y de calidad más estrictas que las que exigen otros mercados y eso está provocando el malestar, como hemos visto recientemente, de buena parte del sector.
Por ello, para hacer frente a la complejidad del escenario que el sector agroalimentario español afronta es crucial que los diferentes actores y eslabones de la cadena de valor colaboren y se unan para desarrollar estrategias que les permitan ganar eficiencia e incrementar el valor añadido de sus productos. La colaboración es clave para afrontar los retos que plantea la globalización, el actual contexto inflacionista y la demanda de productos más sostenibles.
Más comunicación
Los agentes del sector tienen que ser capaces de comunicar y transmitir los beneficios asociados al consumo habitual de frutas y hortalizas, puesto que son alimentos básicos en cualquier dieta sana y equilibrada y también todo un referente de la gastronomía española. Asimismo, el desarrollo de estrategias promocionales puede contribuir a incentivar el consumo de productos frescos en un contexto en el que buscan soluciones que le permitan contener el precio total de su cesta de la compra.
Convendría diseñar e impulsar estrategias de comunicación centradas en las ventajas asociadas y escuchar al consumidor para comprender todas aquellas necesidades y demandas estos solicitan a los agentes del sector. Por ejemplo, tal y como se detalló en la segunda edición del barómetro ‘Las demandas del comprador de frutas y hortalizas’, elaborado por AECOC Shopperview, los aspectos clave que determinan la decisión de compra de frutas y hortalizas por parte de los consumidores son: que sean de temporada (con un 55% de menciones), el aspecto u olor del producto (con un 51%), el precio (con un 45%) y el hecho de que sean de proximidad (también con un 45%).
Nuevas referencias
La innovación también es fundamental en el desarrollo del sector de frutas y hortalizas, ya que permite adaptarse a las necesidades cambiantes de los consumidores, mejorar la eficiencia en la producción y afrontar con éxito los desafíos ambientales. La innovación es una magnífica oportunidad para lanzar al mercado productos más acordes a las nuevas demandas del consumidor como, por ejemplo, “snacks saludables”, frutas listas para consumir o para aumentar los momentos de consumo o acercar el producto a nuevos mercados o segmentos de consumidores. Además, innovar en la presentación y comercialización permite introducir productos en nuevos entornos, como oficinas, centros educativos o puntos de venta no tradicionales, incentivando su consumo.
Línea ecológica
Aunque la demanda de productos bio ha mostrado un crecimiento constante en los últimos años, su ritmo de expansión puede haberse estabilizado en ciertos mercados maduros, especialmente debido a factores económicos como la inflación y el encarecimiento del coste de vida. Sin embargo, ese consumidor no ha desaparecido, sino que se ha vuelto más selectivo, de modo que ahora evalúa no solo si un producto es bio, sino también que le ofrezca la mejor relación calidad-precio, exigiendo a las marcas reforzar su propuesta de valor garantizando siempre calidad, sostenibilidad y precios asequibles.
De hecho, tal y como se desprende de la 2a edición del estudio ‘Nuevas tendencias en una alimentación saludable’ elaborado por AECOC Shopperview, el interés de los consumidores por mantener una alimentación saludable influye, cada vez en mayor medida, en sus hábitos de compra y consumo. Concretamente, los Millennials y la Generación Z son los principales consumidores de productos bio y sostenibles, tienen una mayor conciencia ambiental y están más dispuestos a cambiar sus hábitos a favor de opciones ecológicas.
El perfil bio no solo busca productos orgánicos, sino también aquellos con menor impacto ambiental en su empaquetado, producción y distribución. Además, este consumidor está interesado en productos que promuevan el bienestar integral, como alimentos saludables, funcionales o producidos de forma ética.
Aspectos clave en la decisión de compra
• Que sean productos de temporada (con un 55% de menciones).
• Aspecto u olor del producto (con un 51%).
• Precio (con un 45%)
• Que sean de proximidad (también con un 45%).