Una reivindicación permanente que cobra especial fuerza tras conocerse la detección de tres alertas en lo que llevamos de año por excesivos niveles de residuos en lotes de aguacates procedentes de Perú.
AVA-ASAJA y ASOPROA denuncian que “las importaciones foráneas de aguacates están desplazando y dejando sin apenas hueco de comercialización a la fruta europea que sí cumple las máximas garantías de sostenibilidad y seguridad alimentaria. Si queremos luchar contra el cambio climático, empecemos por dar prioridad a aquellos productos de proximidad que tienen una menor huella de carbono, y ya luego, como complemento, cuando no haya suficiente producción propia, apostar por otras procedencias. Lo que no tiene sentido es sustituir un aguacate recogido del árbol a la mesa por otro que acumula cuarenta días de viaje en barco y además, en algunos casos, infracciones de seguridad alimentaria”.
Ambas entidades constatan que el Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF) lleva contabilizadas tres interceptaciones en 2022 de envíos de aguacates originarios de Perú con niveles de sustancias que superan los Límites Máximos de Residuos (LMR) permitidos en la Unión Europea. Incluso en algún caso se trata de aguacates ecológicos, por lo que la notificación alcanza la consideración de “grave”.
Por ello, AVA-ASAJA y ASOPROA insisten en “llamar a la unidad de todo el sector –productores, comercializadores, distribuidores y administraciones– a fin de impulsar una estrategia dirigida a diferenciar el aguacate español y europeo frente a las importaciones al alza que no ofrecen las mismas garantías a los consumidores, aunque sean un excelente negocio para los importadores”.