Reino Unido volverá a posponer los controles fitosanitarios a las importaciones de productos frescos procedentes de la Unión Europea (UE), y ya son cuatro las ocasiones en las que lo ha hecho. Según publicaba este jueves el diario The Guardian, distintos informes gubernamentales apuntaban a que el país aún no cuenta ni con la tecnología ni con las infraestructuras necesarias para llevar a cabo estos controles en frontera.
A todo ello hay que unir el temor generado a lo largo de toda la cadena de suministro como consecuencia de la guerra en Ucrania y el aumento generalizado de los costes, cuyo impacto ya se deja sentir en las relaciones comerciales.
De este modo, los controles que debían entrar en vigor el próximo 1 de julio, de momento, no se realizarán, y todo apunta a que se retrasarán, al menos, hasta el próximo año.
Según publica Eurofruit, en una declaración por escrito a la Cámara de los Comunes, el ministro de Oportunidades del Brexit, Jacob Rees-Mogg, ha explicado que “esta decisión permitirá a los negocios británicos centrarse en la recuperación de la pandemia, en reconducir los problemas de la cadena de suministros y garantizar que los nuevos sobrecostes no se transfieran a los consumidores”.
Para Rees-Moog, “es vital que tengamos el régimen de control a las importaciones adecuado, de modo que trabajaremos con la industria para revisarlo y que se adapte lo mejor posible a los intereses de Reino Unido”.
