La calabaza se impulsa como uno de los tres productos que genera un mayor volumen de negocio para Vicente Peris, tras sus productos estrella, como son el melón y la sandía.
En el caso de esta fruta, que producen y comercializan desde el año 2000, la apuesta se ha reforzado durante estas dos décadas y, además, se ha ido dirigiendo hacia variedades tradicionales, cuyas cualidades organolépticas son notablemente mejores. En la actualidad, el volumen de comercialización de las calabazas de variedad tradicional en Vicente Peris se acerca al 60%.
Para Peris, son precisamente estas variedades las que mayor crecimiento han experimentado tanto a nivel de producción como en ventas. En 2021 produjeron 885 mil kilos, de los que hasta el momento se han comercializado cerca del 90%, ya que parte de la producción de 2021 todavía tiene recorrido de venta en el actual ejercicio.
Estas cifras han supuesto un incremento del 10% de la producción con respecto a 2020, y un aumento de ventas que hasta el momento alcanza el 6%, a falta de comercializar el porcentaje de reserva que entrará en el mercado este año.
La roteña para asar, quintuplica cifras de 2020
El mayor repunte lo ha liderado la calabaza roteña, con un crecimiento en su comercialización que ha quintuplicado las cifras de 2020. Aproximadamente la mitad de la producción se ha derivado a la división de V gama, donde estas calabazas se asan y se sirven en porciones listas para consumir.
Notable es también el incremento experimentado por las variedades tradicionales de cacahuete y carruécano, esta última con un incremento del 13% frente a 2020. Tanto la cacahuete como la carruécano se han comercializado en I, IV y V gama, con presentaciones en distintos formatos.
La calabaza ecológica, que Peris comercializa únicamente para IV gama, también ha experimentado un notable incremento en ventas, con un 20% más de kilos vendidos en 2021 en comparación con el año anterior.
Investigación y mejora de las variedades tradicionales
Desde que Vicente Peris apostó por la producción y comercialización de calabaza hace más de 20 años, un porcentaje de las mismas siempre se ha destinado a las variedades tradicionales. Esa relación se ha ido incrementando ejercicio tras ejercicio hasta superar, en la actualidad, la comercialización de variedades híbridas.
“En su momento fue una apuesta valiente, porque las variedades tradicionales son más delicadas de cultivar, tienen mayores costes asociados y generan frutos más irregulares, pero todo ello queda compensado por la gran calidad del producto, algo que se deja notar de manera sobresaliente en la coloración de su pulpa, su aroma, textura y sabor”, afirma Alberto Montaña, gerente de Vicente Peris.
Este trabajo con las variedades tradicionales ha supuesto para Peris la puesta en marcha de procesos de investigación e innovación asociados a la recuperación de las semillas, la selección de las de mayor calidad, su correcta conservación y la reintroducción en el ciclo de cultivo. A esta labor se unen los ensayos de germinación, que se realizan en condiciones de temperatura controlada entre 20 y 22ºC, y gracias a los cuales se ha logrado un porcentaje de germinación en el 96% del total de las semillas seleccionadas.