“El arándano solo tendrá futuro si hay una reconversión varietal”. Así de tajante se muestra Francisco Sánchez, gerente de Onubafruit, que va incluso un paso más allá y afirma que “en torno al 80-90% de las variedades que hay actualmente en Huelva van a desaparecer en un plazo de tres años”. Para Sánchez el motivo está claro, y es que estos frutos no se adaptan a las exigencias de los distintos mercados.
Precisamente por ello, la cooperativa de segundo grado ha iniciado ya su propia reconversión y, es más, cuenta con seis variedades propias que al sabor, color, tamaño, postcosecha y producción necesarios para garantizar la viabilidad del cultivo añaden un nuevo valor sin precedentes en el sector onubense: “Vamos a producir arándanos desde noviembre a finales de julio, ampliando así nuestra ventana comercial”.
Actualmente, la campaña de arándanos en Huelva comienza a finales de febrero. Antes de esa fecha, los distintos países europeos recurren a la importación de Perú o Chile, por citar solo dos ejemplos, y desde julio cuentan ya con producción propia. A partir de ahora, “nuestros clientes van a tener arándano europeo los 12 meses del año”, afirma Sánchez, quien explica que, desde noviembre, “Onubafruit será su proveedor y, cuando acabe nuestra campaña, comenzarán las producciones locales”.
La firma, que se reserva la exclusividad de estas variedades para España, Portugal y Marruecos, prevé contar con sus primeros arándanos de variedades propias, adaptadas a la producción en Huelva, en 2021 y, ya a partir de 2022, comenzarán a aumentar sus volúmenes. En cualquier caso, Sánchez insiste en que “ajustaremos la oferta a la demanda de nuestros clientes, no vamos a producir a lo loco”. Y es que, como ha comentado en entrevistas anteriores, “nuestro objetivo es mejorar la rentabilidad de nuestros agricultores”.