El tomate almeriense lleva años sumido en una importante crisis de rentabilidad que esta campaña ha quedado fielmente plasmada en su superficie de cultivo: 9.890 hectáreas, 490 menos que hace un año, o lo que es lo mismo, un 4,7% menos. “El tomate suelto (commodity), el tipo tradicional, es el que más hectáreas pierde”, afirma Andrés Góngora, secretario provincial de COAG Almería, en declaraciones a la revista Mercados.
Para Góngora, las causas están claras: por un lado, la mayor competencia de países como Marruecos, que tienen en el suelto un “tomate de batalla” que les permite llegar al mercado europeo con producto en grandes volúmenes y costes más bajos que el almeriense. Y por otro la presión que ejercen las grandes cadenas de distribución, “que siempre intentan tener un producto de promoción en su lineal y el tomate suelto es el más sensible a ello, con precios por debajo del euro el kilo”.
Ante esta situación de crisis prácticamente endémica, los productores de Almería tienen ante sí dos únicas salidas: apostar por otros tipos de tomate como las especialidades, algo que ya han hecho en países como Holanda y Francia, o directamente cambiar de cultivo. Esta última es la opción elegida en zonas como Níjar, donde crece la superficie de calabacín, o el Poniente almeriense, donde continúan aumentando las hectáreas de pimiento.
Más pimiento
Según los datos facilitados por la Delegación Territorial de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía en Almería, esta campaña sumará 10.480 hectáreas, 299 más, consolidándose como producto más cultivado en Almería.
“La suerte del pimiento es que se están incorporando nuevas variedades, sobre todo especialidades como los mini, dulces o el pimiento kapia”, explica Góngora, por lo que, en principio, la rentabilidad de este producto no debería resentirse.