El grupo químico y farmacéutico alemán Bayer ha cerrado con éxito la compra del productor estadounidense de transgénicos Monsanto, cuyas acciones dejarán de cotizar en la Bolsa de Nueva York (EEUU) y que desaparecerá como nombre empresarial.
El banco J.P. Morgan ha asesorado a Bayer en la mayor adquisición en la historia de la compañía por 63.000 millones de dólares (unos 54.000 millones de euros).
La integración de Monsanto, cuyos productos conservarán su nombre, se producirá una vez que la también alemana BASF haya cerrado la adquisición de algunos negocios de Bayer, condición que puso el Departamento de Justicia estadounidense y para lo que se prevé unos dos meses.
«Hoy es un buen día para nuestros clientes y la agricultura, a los que podemos ayudar mejor a asegurar sus cosechas y a incrementar los ingresos de esas cosechas», dijo el presidente de Bayer, Werner Baumann.
La transacción es «un hito importante en la realización de la visión de lograr una empresa agrícola líder, apoyar a los agricultores a administrar de forma más productiva y sostenible para el bien del mundo y los consumidores», dijo el consejero delegado saliente de Monsanto, Hugh Grant.
Cuando comience la integración, Liam Condon, miembro del comité ejecutivo de Bayer, dirigirá el negocio de agroquímica combinado de las dos empresas Crop-Science, pero hasta entonces Monsanto va a dirigir el suyo de forma independiente a Bayer.