La representación de los productores europeos de plátano de Francia, Portugal y España se reunió ayer lunes en Bruselas con responsables técnicos de la Dirección General de Agricultura y Dirección General de Comercio de la Comisión Europea para hacer seguimiento del grave contexto climático, comercial y normativo al que se enfrenta el sector y que ha causado una grave crisis de viabilidad económica.
En la reunión, paso previo a los encuentros que también están previstos con los eurodiputados de los diferentes grupos del Parlamento Europeo a partir de hoy martes, se han expuesto las dificultades que atraviesan las producciones de plátano de Canarias, Martinica, Guadalupe y Madeira, y entre las que destacan, el excesivo incremento de los costes de cultivo y exportación, así como el contexto de mercado generado por la creciente competencia desleal de la banana importada, a la que no se aplican mismos criterios medioambientales y de producción. La representación del plátano europeo ha dirigido la petición de crear, con carácter urgente, grupos de trabajo en el seno de la Comisión que examinen en profundidad esta problemática y estudien, en colaboración con los propios productores y los Estados miembros interesados, la implementación de medidas concretas que garanticen la supervivencia de un sector estratégico de exportación para todas las regiones ultraperiféricas de la UE como es el plátano.
La APEB ha recordado a la Comisión que, cuando se aprobó el acuerdo de libre comercio con Ecuador en 2017, esta institución se comprometió -con el apoyo del Parlamento- a prestar atención a la capacidad de la producción europea para seguir el ritmo de los cambios en el comercio y la reglamentación europeos. De esta forma, se estableció que en el caso de que se detectara un deterioro grave del mercado o de la situación de los productores de plátanos de la UE, los comisarios europeos estudiarían la implementación de las medidas correctivas adecuadas. Un punto de inflexión en el que el sector lleva tiempo instalado, pero que ha debido esperar a la nueva constitución de las instituciones comunitarias.
Más de una década de reducción progresiva de aranceles a la banana y sin igualdad de condiciones.
Sin duda, el marco regulador de las importaciones de plátanos en la UE ha experimentado importantes cambios en los últimos treinta años que han afectado a la situación del cultivo en las regiones ultraperiféricas (RUP) de Canarias, Martinica y Guadalupe, y Madeira.
Entre 2009 y 2019, los sucesivos acuerdos comerciales con los productores de banana de terceros países han reducido el arancel aduanero de 176€ a 75€/tonelada, otorgando concesiones comerciales adicionales a las bananas importadas de más de 4,3 mil millones de euros. Estas ventajas en muy poco han ayudado a la mejora de las condiciones sociales y medio ambientales de producción de los países exportadores de banana. Sin embargo, sí han contribuido a hundir el mercado europeo, obligando a los productores europeos a competir con un precio final de venta al consumidor mucho más bajo. Todo, en un mercado más desigual aún si cabe debido a las diferencias en los estándares de calidad, y exigencias laborales y medioambientales que se aplican a las producciones de diferentes orígenes.
A esta preocupante evolución, se han sumado serias dificultades que hacen imprescindible reexaminar el sistema de ayuda al plátano, como son las condiciones climatológicas y el incremento de los costes de producción. En Canarias, el incremento de los costes de producción acumulados desde el 2007 sitúa a los productores canarios en una situación insostenible.