Los hogares españoles ¿apuestan por una alimentación saludable?
Un nuevo estudio nacional sobre hábitos de consumo realizado por GfK alerta que solo el 33% de los hogares con hijos de hasta 12 años y exclusivamente una cuarta parte de los jóvenes, practica habitualmente este hábito saludable.
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Una cuarta parte de los adolescentes españoles vive con sobrepeso, pero las familias parecen reacias a poner en práctica hábitos alimenticios saludables. Así, solo el 38,7% de los hogares españoles con hijos de hasta 12 años da importancia a comer de manera equilibrada, pero peor es el porcentaje de hogares con menores que realmente sigue este hábito saludable, ya que cae casi seis puntos, hasta el 32,9%, el número de hogares que asegura ponerlo en práctica.
Y esta realidad no mejora en la juventud. Según un estudio de tendencias de consumo realizado por GfK en el marco del Programa Europeo de Promoción del consumo de frutas y hortalizas frescas de la Unión Europea PROPER DIET 2022-24, son los menores de 30 años el grupo de edad que menos relevancia da a comer de manera equilibrada y variada.
Tan solo el 25,3% de los jóvenes de menos de 30 años considera que comer una dieta saludable es un hábito importante para cuidarse, lo que supone casi la mitad que los adultos a partir de 45 años, que se erige como el grupo de edad más partidario de llevar una alimentación equilibrada y variada (un 48,4%).
Los datos, extraídos tras más de 2.000 entrevistas realizadas en hogares españoles con hijos de hasta 12 años y presentados hoy en Casa de Canarias de Madrid por Carlos Mínguez, representante de GfK; Sergio Cáceres, gerente y director de Marketing y Comunicación de Plátano de Canarias; Emilia Gómez, experta en Nutrición y Salud, y Álvaro Fernández, divulgador de Nutrición y Salud en TikTok, ponen de relieve que, además, existe una clara “desviación entre las creencias y los hábitos”.
La edad, pero también el sexo, son factores decisivos. Las mujeres dan más trascendencia a mantener una alimentación equilibrada que los hombres (44,5% frente a 32,8%). No obstante, en ambos casos se ‘olvidan’ los buenos propósitos cuando llegan a la mesa. La diferencia es más acusada en el caso de las mujeres. Mientras un 44,5% de ellas asegura que comer de manera equilibrada es importante para cuidarse, sólo el 36,2% lo hace en realidad. Ellos, por su parte, dan más importancia que las mujeres al ejercicio físico como forma de cuidarse (16,7% frente a 9,7%) y también llevan más a cabo este hábito.
Consumo de frutas y hortalizas
El consumo de frutas en España no deja de caer desde el año 2014 hasta la actualidad. Si atendemos a los datos del propio Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la reducción supuso una caída del 18,7% hasta 2022, pasando de 4.593 kilos al año a 3.731. Además, en los primeros ocho meses de 2023 se registró una merma de más del 2,3% en el consumo de frutas, en relación al mismo periodo del año anterior.
Una realidad que choca con el 67,2% de los hogares con menores a su cargo que declara que las frutas y hortalizas frescas ayudan a llevar una dieta equilibrada y variada y son conscientes de que su consumo aporta vitaminas y minerales, contribuye al desarrollo y buen funcionamiento del sistema inmunitario, previene enfermedades, es una buena fórmula para obtener energía y vitalidad, y aporta fibra, lo que reduce la retención de líquidos y el estreñimiento.
Razones de esa desviación entre creencia y hábito
La conveniencia –principalmente marcada por la falta de tiempo- se mantiene como el factor más estable que frena el consumo de frutas y hortalizas a largo plazo. A pesar de que, en la actualidad, el 47,7% de los hogares españoles con hijos menores de 12 años menciona el precio como el principal motivo que condiciona su consumo con más frecuencia (frente a un 39,2% que menciona la conveniencia), lo cierto es que los datos previos al contexto inflacionario revelan que, antes de la subida generalizada del IPC, el precio se situaba en el tercer puesto de los factores que más frenaban el consumo (17,6%) por detrás de la conveniencia (37%) e incluso del gusto (23,2%).
Pero ¿cuáles son los productos que los sustituyen? Según el estudio, los hogares españoles con menores de 12 años han ampliado su repertorio de productos sustitutivos de las frutas y hortalizas frescas, siendo los lácteos el sustituto principal para el 38,5% de los encuestados, seguidos de los snacks (25,3% de los encuestados).
Estas preferencias también entienden de género. Las mujeres tienen más preferencia que los hombres por los lácteos y los snacks; los hombres en cambio destacan a la hora de elegir los dulces y bollería: un 12,1% los prefiere como sustitutivos de las frutas y hortalizas, frente a solo el 7,6% de las mujeres.
Campañas para frenar la ‘epidemia del siglo XXI’
La desviación entre el conocimiento que se tiene de la recomendación de la OMS de consumir un mínimo de 5 raciones de frutas y hortalizas por persona y día y la práctica resulta abismal.
Mientras un 87,6% de los hogares españoles con menores conoce esta recomendación, solo un 52,8% la pone en práctica en su día a día. La diferencia es de prácticamente 35 puntos.
Para frenar la ‘epidemia del siglo XXI’, como definió la OMS a la prevalencia de la obesidad infantil, se precisan grandes dosis de pedagogía y campañas de comunicación y promoción de alimentos frescos saludables que contrarresten el gran número de publicidad de alimentos poco saludables en su día a día que reciben los niños.
Y es que, según recuerda el informe, España no puede permitirse datos que apuntan a que la obesidad en adultos llega al 60% o que un 40% de niños tiene exceso de peso. La situación es especialmente acusada en la infancia que vive en hogares con rentas bajas, que tiene el doble de posibilidades de desarrollar obesidad.