Una cifra que se sitúa ligeramente por debajo de la producción media de las 10 últimas campañas, y que es sensiblemente inferior a las 1.375.000 toneladas de la campaña pasada que fue récord. Se han plantado 5,3 millones de limoneros los últimos 6 años ¿A qué se deba esta reducción coyuntural? Básicamente hay dos razones: la primera que venimos de un año anterior absolutamente récord y la naturaleza es sabia y los árboles piden un ligero descanso.
La segunda es la climatología que afectó de manera negativo a la floración y cuaje, 2 momentos absolutamente claves. No hace falta que ocurran eventos climatológicos catastróficos como heladas, sequías o inundaciones para condicionar la producción. La actividad agrícola es muy sensible. Por eso la importancia de monitorear con las más modernas tecnologías los efectos del cambio climático para poder anticiparnos y desarrollar técnicas agronómicas que nos ayuden a minimizar o esquivar esos efectos negativos.
Este informe de previsión de cosecha tiene 3 hitos en el calendario: julio con una primera aproximación, septiembre con una estimación más ajustada al inicio de la campaña comercial, y final de enero con el fin de poder corregir posibles desviaciones y analizar con detalle la previsión para el limón Verna, una variedad autóctona de España y que nos permite producir el único limón de verano del mundo, una fruta con unas características de contenido de zumo, acidez, aroma y aceite esencial diferentes y muy particulares. Es la respuesta de AILIMPO a
nuestro compromiso por la transparencia.
La elaboración de previsiones de cosecha de limón y pomelo no es ni mucho menos un ejercicio de adivinación ni de visión a través de la bola de cristal. Lo fácil es analizar el pasado, lo que ya ha ocurrido. Trabajar en el futuro es un trabajo difícil que requiere método y técnica utilizando como herramientas encuestas, trabajo de campo y estadística. Un método de trabajo desarrollado por AILIMPO que se afina campaña tras campaña y que goza de credibilidad no solo en España sino en el escenario internacional del sector. Pero hay mucho por hacer, aprovechar nuevas herramientas tecnológicas a través del big data. Pero sin olvidar ni despreciar el inmenso conocimiento acumulado por los agricultores, que a veces nos sorprenden y con solo una mirada a sus limoneros, al cielo o al comportamiento de los insectos son capaces de descifrar en segundos algunas claves y ofrecer una información cualitativa que a priori no saben hacer los algoritmos.
Hace unos años el mantra era “piensa global y actúa local”, quizás ahora sería mejor “piensa global, actúa global, pero aprovecha el talento y sabiduría local”.