Alcachofas que no se cierran por falta de frío y frutales que florecen de forma puntual, no sólo en enero, sino también en noviembre, por unos termómetros inusualmente cálidos para el otoño y el invierno. Esos han sido algunos de los ejemplos significativos de lo que supone para las plantaciones los termómetros inusualmente cálidos.
Las altas temperaturas de este otoño y de este invierno pasan factura al campo: los cultivos de temporada se están adelantando, lo que provoca sobreproducción en los mercados, y también afecta a los árboles frutales y se espera que pueda traer consigo una merma de la cosecha de variedades como melocotón y albaricoque.
En Lorca y el Valle del Guadalentín afecta a las plantaciones de lechuga, brócoli y alcachofa. Los agricultores hablan de una sobreproducción del 20% por el adelanto de los ciclos, lo que trae consigo una sobreoferta y un descenso del precio en los mercados, como ha explicado en la antena de ‘A Vivir Tierra y Mar’ Plácido Pérez Chuecos, presidente de COAG en Lorca.
Pero en unos meses, lo que puede provocar también esta climatología es una merma en la cosecha de fruta de hueso, ya que se altera el proceso natural de hibernación de los árboles, como ha explicado Antonio Moreno, secretario de Agricultura de UPA en la Región de Murcia. Según Moreno, esta situación perjudica sobre todo a variedades extra tempranas y tempranas de albaricoque y algunas tardías de melocotón.
Desde UPA, también señalan que estas altas temperaturas son perjudiciales ante la posibilidad de que en febrero o marzo se produzcan heladas, algo que se está convirtiendo en habitual, provocando «picos de sierra» térmicos que acaban afectando no sólo a las cosechas sino también a la salud de los árboles.