La zanahoria retoma el pulso tras un año catastrófico
Si bien la campaña 2022 dejó muy tocado a un sector con unos márgenes muy reducidos y condicionados por la climatología, este 2023 tiene vistas de ser lo opuesto en cuanto a demanda. Los volúmenes disponibles serán inferiores y los altos costes de energía en Europa han eliminado del mercado la zanahoria de conservación.
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Campaña
“La realidad es que la campaña tiene muy buenas perspectivas este año, tras la catástrofe de 2022”, asegura Mikel Elorza, Director de Actividad de Primeale España, con la incertidumbre de que cualquier efecto climatológico extremo pueda dañar la cosecha. La campaña pasada estuvo marcada por un otoño e invierno muy suaves en Europa que provocaron rendimientos excepcionales, una bajada del consumo generalizada, un aumento de los costes por la inflación y una alta producción en Andalucía. En definitiva, la “tormenta perfecta” para que el “barco de la zanahoria” se hundiera.
Este año es diferente; los principales operadores europeos, debido a los altos costes de la energía, no han guardado zanahoria de conservación, el invierno ha sido más frío y, por lo tanto, se espera que la demanda sea alta y beneficie a los productores españoles.
En esta campaña, Primeale espera comercializar en torno a 20.000 Tn de las que se exporta un 50% y el otro 50% es para mercado nacional. Este volumen corresponde a una superficie sembrada similar a la de 2022 pero con mejores expectativas que el pasado año. Nos informa Antonio Redobladillo, responsable de Cultivos de Primeale España, que ya han empezado con la cosecha de manojo: “Tenemos buenas previsiones en este inicio de campaña a pesar de las inclemencias meteorológicas de diciembre y enero donde cayeron más de 300 litros”.
Crisis climática
Afirma Redobladillo que en Andalucía hay menos zanahoria plantada este año que el pasado por la problemática de encontrar tierras con agua de riego: “el año pasado atravesamos una dura sequía y éste no ha mejorado la situación”. Esto provoca que cada vez sea más difícil poner en marcha el cultivo. De hecho, ambos nos explican que están cultivando en tierras que no siempre son las ideales para la zanahoria, pero que el factor limitante del agua lo condiciona todo.
Ante esta situación, el sector plantea hacer un trabajo de fondo en la selección varietal para que cada vez tenga más resistencias y esté más adaptado a los diferentes suelos. Además, la limitación de materias activas desde Europa, unido a climas cada vez más extremos, provoca que los rendimientos caigan año tras año.
Retos y proyectos
“Para nosotros en Primeale el reto es que el consumidor en el supermercado encuentre zanahoria de calidad a un precio justo ”, añade Elorza, quien es consciente de que el suministro tiene que estar mejor planificado que nunca y para ello debe de haber un buen entendimiento y comunicación entre los diferentes eslabones de la cadena. Agricultores y clientes tienen que estar alineados para poder ofrecer un producto en forma, tiempo y calidad al consumidor: “Tenemos que ser muy ágiles para poder dar respuesta al consumidor, si no faltarán hortalizas en los lineales de los supermercados y en las fruterías”.
Desde el campo el principal reto es mantener, en este contexto de altos costes y falta de agua, unos rendimientos adecuados, que mantengan la rentabilidad a todos los productores.
Primeale también ha iniciado para este 2023 un proyecto de sostenibilidad integral con el fin de minimizar su huella hídrica y de carbono. Para ello están reduciendo insumos y fertilizantes, controlando el consumo de agua en todos los procesos, de manera que sus productos estén alineados con un contexto global que requiere de un esfuerzo por parte de todos.