“La sostenibilidad es clave en la estrategia empresarial agrícola”
Syngenta reunió en Níjar (Almería) a profesionales del sector hortofrutícola para desgranar su Operación Polinizador, cuyo objetivo es impulsar la conservación y la biodiversidad en el entorno agrario.
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La Operación Polinizador de Syngenta se inició en Inglaterra en 2001. Entonces comenzó el debate sobre la importancia de los polinizadores y se apuntó a la actividad agrícola como responsable de su lenta desaparición. En este contexto, Syngenta impulsó este programa internacional para la conservación y mejora de la diversidad en el entorno agrario con el objetivo de favorecer las poblaciones de insectos polinizadores a través de la creación de hábitats adaptados a las diferentes especies de insectos y sus condiciones locales.
De este modo, “tratamos de definir una agricultura más responsable, competitiva y respetuosa con el medio ambiente”, afirmó Francisco García Verde, responsable de Agricultura Sostenible de Syngenta, durante la apertura la semana pasada en las instalaciones de Semilleros Laimund, en San Isidro-Níjar (Almería), de una jornada en la que se abordó cómo fomentar la biodiversidad. El evento contó con la colaboración, además del citado semillero, de Greenyard Spain.
Para García Verde, “la sostenibilidad debe ser un factor clave de la estrategia empresarial agrícola” y, en este sentido, “la innovación nos va a ayudar a defender lo que tenemos en estos momentos”.
Para favorecer esas poblaciones de polinizadores, en torno al 90% de ellos abejas, es necesario seleccionar muy bien las especies, que deben ser autóctonas, favorecer una floración localizada y disponible en el tiempo que facilite la instalación de los insectos y, a su vez, compita con las malas hierbas. Asimismo, “debemos evitar que estas plantas sean susceptibles de hospedar potenciales plagas”, añadió Luis Miranda, técnico de Syngenta, quien insistió en que, al final, “tenemos que conseguir una mezcla de plantas reservorio adaptada a nuestra zona de cultivo”.
Este es el objetivo común que debe perseguir el sector para fomentar esa biodiversidad tan necesaria; pero, por el camino, tiene que afrontar también una serie de retos, a los que se refirió Jan van der Blom, director de Técnicas de Producción de Coexphal: el uso eficiente de los recursos hídricos, el reciclaje y la reducción al mínimo del uso de plaguicidas.
Con respecto a este último, afirmó que “el cambio climático está favoreciendo la aparición de plagas”; las temperaturas más altas permiten que su presencia se prolongue en el tiempo haciendo necesario también un mayor control. Como ejemplo, Van der Blom se refirió a la mayor incidencia de Tuta absoluta en los cultivos de tomate de Almería durante el pasado otoño, que obligó incluso a arrancar plantaciones. En esta línea, insistió en que “hay que mantener el control biológico y mejorarlo con la introducción de otros enemigos naturales adaptados al invernadero y hay que apostar por la agroecología”.
Dentro de esas prácticas agroecológicas se encuentra, precisamente, la plantación de setos que sean refugio de fauna auxiliar y frenen el movimiento de las plagas.
Sobre la importancia del mantenimiento, e incluso refuerzo de estas prácticas, habló María Fernanda Campa, directora del Departamento de Calidad de Greenyard Fresh Spain, quien valoró la puesta en marcha de la Operación Polinizador y se refirió a las acciones encaminadas al mantenimiento de la biodiversidad como “la segunda revolución verde”. “Mientras haya un pequeño hueco –en referencia al descuido del entorno agrario-, hay un problema”.
La Operación Polinizador en el Sureste Peninsular
Juan Antonio Sánchez, del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (IMIDA), explicó cómo están llevando a cabo la implantación de este programa de Syngenta en el Sureste Peninsular y expuso los resultados de la creación de márgenes de especies herbáceas y aromáticas en un cultivo de melón. En este sentido, afirmó que, “donde hay setos, existe una mayor población de abejas” y añadió que, a la vista de estos resultados, “no debemos reducir la estrategia a la plantación de setos, sino que tenemos que realizar intervenciones sobre el paisaje, como por ejemplo con la creación de corredores”.
Por su parte, Óscar Aguado, entomólogo colaborador de la Operación Polinizador, recordó que la creación de esos márgenes naturales no es, ni mucho menos, tarea fácil: “Cada tipo de planta tiene su polinizador, las abejas no valen para todo”, si bien son los polinizadores más importantes. En su caso, buscan flores con color, aroma y, cómo no, néctar.
Impulso de la Administración
Por último, José María Bayo, de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía, habló sobre las ayudas agroambientales incluidas dentro de los fondos operativos y encaminadas al establecimiento de sistemas sostenibles de cultivos hortícolas intensivos. Recordó que estas ayudas se canalizan a través de las Organizaciones de Productores (OP) y, precisamente por ello, insistió en la importancia de que los agricultores formen parte de ellas. “En torno al 40% del sector hortofrutícola almeriense no está integrado en ninguna OP”, afirmó y señaló que, en cualquier caso, hay un dato esperanzador: “Aunque el número de OPs en Almería se mantiene estable, 40, el nivel de ayudas está aumentando fruto del crecimiento también del valor comercializado y eso significa que la dimensión de esas OPs crece con la integración de más agricultores”.