La segunda ola de calor, que se está cebando especialmente con Gran Canaria, está provocado que las cosechas de patatas y hortalizas se tengan que recoger hasta quince días antes de que finalicen su ciclo natural (cuatro meses y medio). Este martes, los agricultores grancanarios apremiaron la recogida para que la canícula no afectara y echara a perder sus cultivos, sobre todo, en zonas como la cuenca de Tejeda, medianías orientadas al sur y oeste y en la costa sudeste de la isla, donde los termómetros marcaron por encima de los 41 grados.
«Con el calor, las plantas no solo acortan su ciclo de maduración de las plantas, sino que sufren daños físicos importantes, que hacen que, en ocasiones, no se pueda salvar las cosechas», explica Rafael Hernández, presidente de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos de Canarias (COAG). Pero es que, además, hay otro aspecto «muy preocupante, que es que por encima de los 25 grados de temperatura la polilla guatemalteca -lepidóptero de unos 10-15 mm de longitud considerada una de las plagas más peligrosas para la papa- se vuelve muy virulenta», agrega Hernández.
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) elevó en Gran Canaria la alerta máxima por altas temperaturas este miércoles y el Cabildo de la isla declaró la alerta por riesgo de incendió forestarles en todo el territorio insular por encima de la cota de 200 metros sobre el nivel del mar.
Este insoportable bochorno se prevé se extenderá hasta hoy viernes, cuando las temperaturas empiecen a remitir.
Fuente: Canarias 7