Las inspecciones en frontera que llevan a cabo las autoridades comunitarias han permitido detectar, por primera vez, la presencia del hongo Guirnardia citricarpa -más conocido como mancha negra- en siete cargamentos de cítricos importados desde Túnez. La noticia resulta especialmente alarmante por un doble motivo, ya que, por una parte, acredita que este peligroso patógeno ha llegado a la cuenca del Mediterráneo y ahora mismo se encuentra ya a las puertas de España y del resto de países comunitarios con el evidente riesgo de contagio, mientras que, de otro lado, su aparición en Túnez desmonta, sin ningún género de dudas, los falaces argumentos esgrimidos por Sudáfrica ante Bruselas cuando aseguraba que sus envíos citrícolas, infestados de mancha negra, no entrañaban peligro alguno puesto que el hongo en cuestión no podía aclimatarse a las zonas mediterráneas.
«Pues bien -lamenta el presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), Cristóbal Aguado- resulta que ya tenemos la mancha negra en Túnez, lo cual demuestra no sólo la falsedad de las buenas palabras con las que el sector citrícola sudafricano ha pretendido tranquilizar a Europa sobre la inocuidad de sus exportaciones, sino también su clara voluntad de engañar y mentir al respecto puesto que no podemos olvidar que la Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos (EFSA) ya había advertido en distintos informes que la Guirnardia citricarpa sí podía establecerse y desarrollarse en climas mediterráneos. Desgraciadamente, el tiempo ha dado la razón a la EFSA y la mancha negra ha saltado a un país mediterráneo».
En este sentido, Aguado denuncia «la connivencia interesada con las tesis sudafricanas sobre este punto que han mantenido ciertos países europeos, y básicamente sus grandes aliados: Holanda e Inglaterra, una actitud que ha propiciado que no se adoptasen por parte de Bruselas las medidas de control adecuadas, que hemos reclamado insistentemente, para que Sudáfrica mejorase la sanidad vegetal de sus envíos citrícolas. Es indignante que hayan preferido creer antes las mentiras sudafricanas que la opinión científica y fundada de la EFSA, es decir, de la propia autoridad europea para la seguridad alimentaria».
Además, se da la circunstancia de que Túnez se encuentra muy próximo geográficamente a Egipto, uno de los países que más está incrementando sus exportaciones citrícolas con destino a los mercados comunitarios en los últimos tiempos, de tal manera que la coyuntura general en torno a los peligros de contaminación por nuevas plagas y enfermedades agrarias, en lugar de atenuarse, se acrecienta cada día más debido a la laxitud de las políticas que aplica la Comisión Europea en esta materia.
«Lo que está claro es que Bruselas -subraya el presidente de AVA-ASAJA- tiene que replantearse su estrategia en un capítulo tan sensible y casos como la detección por primera vez de mancha negra en Túnez así lo demuestra. La Comisión debe escuchar a las organizaciones agrarias, a la EFSA, a los expertos, porque esto es una bomba de relojería que nos estallará en la cara con consecuencias irreparables si no se rectifica a tiempo».
La mancha negra es un hongo, muy presente en Sudáfrica, y ahora detectado también en un país mediterráneo como Túnez, que causa graves alteraciones en la piel de los cítricos hasta el punto de dejarlos inservibles para su comercialización.