La complicada situación que atraviesan productos de temporada como la fresa o el espárrago, cuya demanda ha caído bruscamente en las últimas semanas, ha generado ya cierta preocupación entre los productores de cereza del Valle del Jerte, que prevén iniciar su próxima campaña en apenas un mes.
“La paralización del consumo en fresa y espárrago generan una incertidumbre tremenda”, afirma en declaraciones a la revista MERCADOS Jesús Martín, gerente de Deleite Grana, quien apunta a la similitud de la cereza con estos productos, también altamente perecederos y que no suelen considerarse de primera necesidad.
Martín lo tiene claro: “Si el estado de alarma se prolonga más allá del 11 de abril, los consumidores continuarán haciendo la compra, como mucho, una vez a la semana y, por tanto, aunque compren cerezas, no serán tantas como si fuesen al supermercado varias veces a la semana”.
A esta incertidumbre sobre la comercialización de la fruta se suma un problema más: “Estamos preocupados por lo que pueda ocurrir con la mano de obra”, afirma Eloy Soto, comercial de Campo y Tierra del Jerte; preocupación que comparten desde Deleite Grana, sobre todo teniendo en cuenta el cierre de fronteras en Europa, e incluso Marruecos, al tránsito de trabajadores.
Soto y Martín apelan, en cualquier caso, a la prudencia: “Habrá que esperar a que la campaña comience”, si bien el gerente de Deleite Grana insiste en las dificultades a las que se enfrenta el sector de la cereza si la situación de crisis sanitaria por el COVID-19 se prolonga en el tiempo.