Inma Sánchez
Retos
La creciente escasez de suministro de semillas generó una gran incertidumbre al inicio de la campaña. Las inclemencias climatológicas en países productores del norte de Europa motivaron la desclasificación de fincas destinadas a producir patata de siembra por el vuelo de pulgones, dificultando la producción y aumentando el precio. Esa pérdida de parcelas hizo que faltaran variedades protegidas que no se pudieron cubrir con variedades libres porque también hay mucha escasez ante la prohibición del uso de materias activas.
En España, esa falta de semilla no ha afectado de forma homogénea a las diferentes zonas de producción españolas. En Andalucía y Murcia, explican desde Patatas Meléndez, la afectación ha sido menor, “lo que ha hecho posible que los productores sigan utilizando sus variedades habituales, aunque también han dado entrada a otras nuevas”. Por el contrario, en el norte de España, principalmente en áreas enfocadas a variedades para el segmento del frito, los retos han sido mayores, lo que ha hecho necesario adoptar otras alternativas varietales.
Por su parte, los productores de patatas del NEPG (North-western European Potato Growers) —Bélgica, Países Bajos, Francia y Alemania—, reconocen que la escasez de semillas provocó un aumento de los precios, el uso de muchas semillas cortadas y el cultivo —principalmente en Bélgica— de más de 80 variedades diferentes para la industria de transformación.
Además, las lluvias intensas y constantes durante la temporada de plantación y el verano hicieron que las plantaciones se extendieran durante un periodo de más de 10 semanas, principalmente en Bélgica y el sur de los Países Bajos, y en menor medida en Francia y Alemania.
“Ahora mismo, el punto crítico del cultivo es el altísimo costo que tiene la semilla y veo que a medio plazo eso no va a cambiar”, avanza el director de Meijer Ibérica, Javier Boceta, “porque los agricultores que hacen patata de siembra tienen un plus de peligrosidad por la virosis y no están dispuestos a hacer patatas más baratas”.
Evolución
La superficie total en la UE durante la campaña ha aumentado en un 7%, hasta las 560.000 hectáreas, y se espera que la producción total supere los 22,7 millones de toneladas, superior a la media de los últimos cinco años, y los rendimientos por hectárea probablemente serán similares a los de 2023.
En nuestro país, según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la producción de patata ha subido por segundo año consecutivo (1.933.963 toneladas), un 5,2% inferior a la media (2019-2023).
La campaña empezó con buenas sensaciones a pesar de la falta de grandes superficies de producción de patata nueva y en temprana de media estación. “La patata temprana en Murcia se comportó muy bien, había bastante buena calidad este año. En abril iba todo perfecto, pero las lluvias que hubo en Semana Santa en Andalucía, sobre todo, hicieron daño en el campo y faltó producción, lo que se traduce en entre un 20 y un 30% menos de la esperada en la región”, según explica Alfonso Sáenz de Cámara, presidente del comité de Patata de Fepex.
A ello se suma la climatología adversa en todo el norte, incluido el País Vasco, de septiembre y octubre, dificultando mucho los arranques y la recogida del producto, derivando, de nuevo, en una reducción de cosecha con patata que todavía está en la tierra sin arrancar. “Parecía que íbamos a recuperar unos niveles de producción normales más acordes a la demanda y por factores climáticos, de nuevo, la oferta de patatas se está viendo afectada”, destaca Alfonso Sáenz de Cámara.
Esta falta de producto en el mercado ha llevado a unos precios “históricos”. Hasta noviembre —último dato disponible— el precio medio nacional de campaña en la posición más próxima al agricultor se sitúa en 0,57 euros por kilógramo, un 22,3% superior a la anterior y un 65,3% por encima de la media de las últimas cinco campañas.
Situación sanitaria
Una de las mayores preocupaciones del sector reside en la creciente dificultad en materia de protección de cultivos, demandando soluciones y productos alternativos nuevos antes de prohibir taxativamente los medios de protección disponibles. “La protección de cultivos realmente es un problema porque no tenemos armas para luchar contra enfermedades ni contra plagas de suelo. Esta es la principal amenaza que tenemos y desanima mucho a los agricultores”, afirma Alfonso Sáenz de Cámara, presidente del comité de Patata de Fepex.
A corto plazo, Gonzalo Prieto, Crop Manager de patata, viña y extensivos de Certis Belchim, explica que lo que más hay que tener en cuenta es la eliminación de la metribuzina, básico en casi todas las estrategias de control de malas hierbas, “lo que va a cambiar mucho el panorama porque tampoco quedan muchos productos”.
Ante esto, la solución será “dar una vuelta a todo y aprender sobre el propio cultivo, porque a medida que nos vayan quitando insecticidas y herbicidas, tendremos que reinventarnos en nuevas estrategias con lo que hay, reposicionarlo y aprender a manejar estas nuevas estrategias”. Aunque el desarrollo tecnológico puede ayudar —por ejemplo, en estos momentos se está trabajando en nuevos sistemas de eliminación de malas hierbas con láser—, Prieto apunta que aún falta tiempo para que sea algo habitual en las parcelas.
“De momento, seguimos con las estrategias de polinización normales y todas estas nuevas técnicas, hacen que el agricultor tiene que reeducarse, o nosotros tenemos que enseñarle que hay otras alternativas”.
Una de las mayores preocupaciones del sector reside
en la creciente dificultad en materia de protección de cultivos
Muy atentos a Egipto
La importación española de patata procedente de Egipto se ha elevado un 1.958% desde 2019, pasando de 2.463 a 50.488 toneladas el año pasado. En valor, ha crecido de 1,1 a 24,9 millones de euros (+2100%), según datos del Departamento de Aduanas procesados por FEPEX.
“El tema de la importación nos preocupa por dos motivos”, reconoce Marcos Román, presidente de la sectorial de patatas de Asociafruit. Por un lado, Egipto puede colapsar el mercado ya que, por precio -con jornales muy bajos, malas condiciones sociales y el uso de productos fitosanitarios que están prohibidos aquí-, no se puede competir en el mercado. A ello se une la posibilidad que entren de nuevo en España enfermedades de las que ya se había liberado nuestro país.
En el ámbito comunitario, Egipto es el principal proveedor de patata de la UE27, con el 68% de las compras totales. Las importaciones se incrementaron un 91,4% respecto a la media, mientras que bajan las de los otros dos principales proveedores, Israel y Reino Unido.
A futuro
El sector lleva una serie de años buenos dada la alta profesionalización y con una alta demanda de patata nacional. “En el mercado nacional, Cartagena y Andalucía van a ser siempre más estables porque es patata muy temprana, con buen precio; es más complicado defender la mitad norte peninsular, la zona de Castilla y León y Galicia, ya que, al ser patata más tardía, la competencia es mayor”, resalta Gonzalo Prieto, Crop Manager de patata, viña y extensivos de Certis Belchim.
A futuro, tiene por delante algunos retos, como los altos costes. “Ahora mismo producir un kilo de patatas cuesta una fortuna”, reconoce el director de Meijer Ibérica. La falta de mano de obra también está derivando en una mayor mecanización y profesionalización del cultivo, con grandes inversiones en maquinaria.
También tiene ante sí la necesidad de impulsar el consumo de patata fresca en los hogares tras la tendencia negativa en los últimos años, con una reducción del 11% respecto a la media.
Un vistazo a la campaña
1. Superficie y producción
Superficie (61.175 ha; +3,1%). Suben Castilla y León, Galicia, Murcia y Comunidad Valenciana.
Producción (1.933.963 t; +0,6%). Suben Andalucía, Murcia, Comunidad Valenciana y Canarias
Atención a: agua, clima, plagas…
2. Patata de consumo
Récord histórico en exportaciones (177 millones) e importaciones (387 millones).
Saldo comercial negativo -> importador neto
Principales destinos de exportación (en volumen): Portugal (35%) y Francia (28%).
Principales orígenes de importación (en volumen): Francia (70%) y Portugal (10%). Notable incremento de importaciones con origen Egipto (7%).
3. Patata de siembra: dependencia externa, principalmente con origen Países Bajos (67%) y Francia (11%). Tendencia a la baja de Reino Unido (-14%).
4. Cotizaciones: precio medio campaña en origen +65% vs media.
5. Consumo en hogares: retroceso del consumo en patata fresca (-3%), aunque aumenta en patata congelada (+13%) y procesada (+4%).