CEBOLLA
Los buenos resultados de 2022-2023 animaron a un incremento de la superficie total española de cebolla en un 7,1% hasta alcanzar unas 24.946 hectáreas en la temporada anterior, pese a la situación de sequía. Pero al haber una mayor oferta en el mercado, se registró una caída de las cotizaciones en la pasada campaña y, esto, sumado a la incertidumbre del momento de las escasas reservas hídricas, no ha ayudado a sostener la superficie de cara esta temporada.
De hecho, las cifras indican que en 2024-2025 ha vuelto a haber un descenso en la superficie, destacado en los tipos Spring, Babosa y Liria. Además, el cultivo está afectado por hongos dada la continuidad de la lluvia durante los primeros meses del año, por lo que el volumen global nacional también se verá mermado en el rendimiento. En cualquier caso, desde el sector apuntan a que es preferible exceso de agua que escasez, “porque ahí perderíamos todos”, tal y como detalla el gerente de la empresa cordobesa Fuente El Pino, José Rey.
Ante el descenso de la oferta, fenómeno del que se esperaría un buen precio del producto, “nunca sabemos a qué atenernos a nivel comercial, ya que, después, el Hemisferio Sur puede tener mucha oferta y condicionar el mercado”.
Paso a paso
En lo que respecta a investigación, desde la casa de semillas Bejo Ibérica creen que la introducción de mejores variedades para mecanización y larga conservación y, sobre todo, poder controlar las anomalías producidas por el “Daño Interno” debe ser el objetivo final en España para un correcto desarrollo del sector de la cebolla.
Sin ir más lejos, desde la empresa holandesa importadora de cebolla Mulder Onions afirman que la automatización irá adquiriendo un mayor protagonismo en los Países Bajos, con la consiguiente mejora en el envasado, el manipulado y la trazabilidad. Por este motivo, se debe invertir en ese tipo de variedades más mecanizables. El sector reconoce que el mercado de exportación dominado por Holanda y España trabajará en optimizar sus procesos, pero será difícil estar al mismo nivel. Por ello, señalan que el futuro de la cebolla española pasa por especializarse en variedades con valor añadido, como la cebolla morada o dulce, además de poner en valor la gran calidad de la cebolla.
Haciendo referencia al daño interno, una de las principales preocupaciones del sector, se está trabajando en afrontar este problema y ya hay compañías como la valenciana Cebollas Consuay que están aplicando tecnología con IA en sus procesos de calibración y selección como solución.
AJO
En esta campaña, la superficie sembrada en España fue de unas 22.753 hectáreas, frente a las 24.889 hectáreas de 2023. En 2025 se espera un ligero repunte de la siembra de ajo, estimándose una superficie sembrada de 23.956 hectáreas, lo que supone un ligero incremento del 5% respecto al año pasado según la Mesa Nacional del Ajo.
«Además, si antes competíamos en ajo con China y Argentina, ahora también entra en juego Egipto»
El Grupo de Contacto del Ajo Europeo, reunido recientemente, puso de manifiesto la caída de superficie sembrada en los últimos años de ajo morado, causada por sus bajos rendimientos, lo que está obligando a los agricultores a incrementar la superficie de variedades más productivas en detrimento del ajo morado. Sin embargo, desde Amefruits apuntan que el ajo morado “sigue siendo una de nuestras joyas, valorada por su sabor y sus propiedades específicas”. Si bien la tendencia hacia variedades con mayor rendimiento es una respuesta a las exigencias del mercado, “seguimos comprometidos con mantener la diferenciación del producto español”. Y desde Coopaman (Unica Group) señalan: “El consumidor en ocasiones no lo distingue, pero cuando lo hace, desde luego elige el ajo morado, aunque sea un poco más caro”.
La principal preocupación del Grupo europeo es la pérdida de competitividad de la producción europea, derivada del incremento de costes de producción ante la disminución de soluciones para la sanidad del cultivo, sin que exista una reciprocidad de exigencias a la producción procedente de terceros países. Así lo manifiesta desde Coopaman (Unica Group) su director comercial, Julián Bacete, que considera que este factor, que ocasione menor productividad y mayores costes, unido a otros como la falta de relevo generacional, “pinta un panorama a medio largo plazo bastante negro del ajo en España”.
Además, si antes competíamos con China y Argentina, que marcaban y siguen haciéndolo nuestro nivel de cotizaciones en el mercado, ahora también entra en juego Egipto. Cuando falta producto nacional, se crea “un agujero que la demanda va a cubrir ya que, aunque no le guste el ajo egipcio, lo acabará comprando”.