¿Cree que los países terceros pueden arrebatar a España la hegemonía comercial en Europa?
Espero que no. La citricultura española está atravesando un momento muy difícil, sufre una clara reducción de la ventana de exportación y una pérdida de competitividad en el mercado de la UE frente a la importación creciente de cítricos de países terceros. Esta producción foránea no tiene barreras arancelarias y trabaja con unos costes de producción y comercialización mucho más bajos. Y lo hacen sin reciprocidad, con requerimientos laborales, sociales, medioambientales y de seguridad alimentaria mucho menos exigentes que los nuestros.
Las producciones mediterráneas pagan el coste de las relaciones comerciales y políticas de la UE con países terceros. En ningún momento se ha utilizado el principio de preferencia comunitaria como argumento para cerrar la UE al proceso de globalización incesante, ni para privilegiar la agricultura sobre otros sectores.
Además, cada vez son más frecuentes las ocasiones en las que los precios de los cítricos en los mercados de la UE se sitúan por debajo de los costes de producción. Y los solapamientos en los mercados son también mayores, propiciando pérdidas de semanas de programas de suministro a las grandes cadenas.
El sector reclama que Intercitrus trabaje contra esta competencia desleal. ¿De qué modo lo hace?
En Intercitrus hemos echado a andar y trabajamos para consolidar una organización que -por encima de algunas ausencias y con la puerta siempre abierta para el regreso- eleve al sector más allá de localismos, que nos represente a nivel nacional, para así llegar con la misma consistencia y coherencia tanto a los gobiernos autonómicos donde este cultivo está presente, como a Madrid, Bruselas y Estrasburgo.
Trabajamos en las pocas cosas que nos separan y actuamos juntos en las que nos unen, como la citada pérdida de competitividad que sufren nuestros cítricos. Además, la impasibilidad de la UE está poniendo en evidencia que, cuando se trata de intereses económicos y/o geopolíticos, los riesgos para la salud humana del consumidor europeo y la sostenibilidad en la obtención del producto comercializado en este mercado ya no son ni tan prioritarios ni tan importantes.
Y también llegan plagas foráneas.
Nos une en Intercitrus, por encima de todo, el más que evidente y demostrado elevado riesgo fitosanitario al que está sujeto el vergel citrícola de España y la UE. Las medidas para prevenir la introducción y propagación de plagas y enfermedades no presentes en la UE son fundamentales. La globalización y la ausencia de aranceles han incrementado exponencialmente el trasiego de organismos nocivos que están viajando al mercado comunitario. El cambio climático, con inviernos más cortos y suaves, facilita también el establecimiento de muchas plagas en los nuevos ecosistemas. Todo ello provoca pérdidas económicas sustanciales y un aumento de la necesidad a corto plazo del uso de pesticidas, en un contexto de prohibición incesante de sustancias activas.
En lo que llevamos de siglo, se han introducido en la Península 15 patógenos foráneos. Siete de las veinte plagas y enfermedades vegetales que la UE clasifica como ‘prioritarias’ por su enorme impacto económico y ambiental afectan a los cítricos.
Se debe obligar a que se garantice el transporte a la UE de plantas y productos vegetales sin plagas desde su origen y ello es responsabilidad del Ejecutivo comunitario. El proceso debe comenzar en el lugar de producción. En ocasiones, según el organismo nocivo del que se trate, asociado al país de origen de la exportación, se hace necesario un tratamiento de frío o cold treatment, normalmente en tránsito.
“En lo que llevamos de siglo, se han introducido en la Península 15 patógenos foráneos”
El cotonet es el gran caballo de batalla actual. ¿En qué líneas de trabajo ve la solución a este problema?
Dada la gravedad de la dispersión y daños del cotonet de Sudáfrica en la Comunidad Valenciana, no se puede perder el tiempo en acusaciones cruzadas de irresponsabilidad por la falta de control a las importaciones, la pasividad a la hora de facilitar alternativas de lucha contra el patógeno o de irresponsabilidad por la expansión de la plaga a los propios operadores.
Damos la bienvenida a la cofinanciación Ministerio/Consellería de un Plan de Acción contra Delottococcus aberiae (control biológico, trampeo masivo, seguimiento de poblaciones y avisos, tratamientos insecticidas, ensayos con productos fitosanitarios, medidas de bioseguridad e higiene…) y pedimos a ambas administraciones que el compromiso y la dotación presupuestaria estén a la altura de la gravedad de la situación y de la importancia del sector. Solicitamos también al Ministerio de Agricultura la ampliación e inclusión como gastos financiables con cargo a los fondos operativos de las Organizaciones de Productores.
La pandemia ha aumentado el consumo en frutas y hortalizas, con especial repunte en los cítricos. ¿Cree que será un punto de inflexión?
Efectivamente, la gente, con acierto, asociaba la ingesta de cítricos con la vitamina C y el refuerzo del sistema inmunitario. Este efecto hizo disparar las ventas a niveles récord, manteniendo una tendencia al alza durante el verano de 2020. No obstante, iniciada la campaña, los altos precios habían desaparecido. El efecto COVID no estuvo ya presente en la campaña 2020/21, ni tampoco lo está en el inicio de la 2021/22, por lo que no podemos hablar de un punto de inflexión. De hecho, este inicio de campaña está siendo muy complicado.
¿Podrán retomarse las acciones de promoción que necesita el sector a través de Intercitrus?
Intercitrus realizó durante 10 años campañas de promoción de envergadura en más de 12 países para impulsar las propiedades saludables e incentivar el consumo de clementinas y naranjas españolas. Con una aportación conjunta, entre productores y comercializadores, de 1,20 €/Tn, el sector citrícola movilizaba anualmente más de 5 millones de euros provenientes de diferentes administraciones. La UE ha redoblado desde entonces el esfuerzo financiero que dedica a estas acciones: son más de 200 millones de euros los que presupuesta para cofinanciarlas. Pero aún estamos lejos de poder alcanzar un acuerdo para una extensión de norma que, por otra parte, se debería aprobar esta campaña y que no sería de aplicación hasta la siguiente.