Homero y Cardano, los calabacines ‘perfectos’ de Syngenta para invierno
Tienen estructuras de planta diferentes, pero idéntica calidad de fruto, con calabacines oscuros, aristados, cilíndricos y, sobre todo, con una excelente postcosecha.
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Syngenta volvió a reunir la semana pasada en el Poniente almeriense a un nutrido grupo de agricultores y técnicos agrícolas para mostrar las últimas incorporaciones a su catálogo de calabacín: Homero y Cardano (CV9464). Ambas son variedades para ciclos de invierno, el primero algo más temprano que el segundo, y las dos destacan por sus altos rendimientos, calidad de fruto y postcosecha. Pero, ¿qué las diferencia?
Sobre todo, su estructura de planta. Mientras Homero tiene una planta erecta y abierta, que facilita su aireación, “Cardano es más rústico, fuerte, vegetativo, por lo que se adapta muy bien a suelos pesados y altas conductividades de agua”, explica Víctor García, Product Manager de Cucurbitáceas de Syngenta, quien afirma: “Es la más rústica de nuestras variedades de calabacín”.
Homero está recomendado para trasplantes de mitad de octubre hasta principios de diciembre en el Poniente almeriense y en torno a 15 días más tarde en el Levante, desde principios de noviembre a mitad de diciembre. Su estructura de planta y resistencia a oídio le confieren una gran sanidad, pero si por algo destaca esta variedad de Syngenta es por su rendimiento productivo en el pleno invierno. “Concentra una gran producción en los meses de diciembre, enero y febrero, cuando las liquidaciones al agricultor suelen ser más elevadas”, explica García.
Además, y a pesar de esa excelente adaptación a condiciones de pleno invierno, Homero responde perfectamente en la transición a la primavera, cuando aumentan la temperatura y las horas de luz. En este caso, “mantiene la misma calidad de fruto, aristado, cilíndrico, de color verde oscuro, brillante y con aspecto de fruto fresco durante más tiempo”.
Cardano (CV9464), por su parte, es una variedad para invierno tardío, con trasplantes de mitad de noviembre a finales de diciembre en el Poniente, y de mitad de noviembre a mitad de diciembre en el Levante. García insiste en que es la variedad idónea para los agricultores cuyas fincas tiene suelos más duros y aguas con altas conductividades, y destaca, además, su buen comportamiento en ecológico, muy extendido en zonas como Níjar. gracias a su rusticidad.
Con respecto a su calidad de fruto, camina por la senda marcada por Prometeus, Logos, Ícarus y Homero, todos sus predecesores, con los que comparte, además, su excelente postcosecha, convirtiéndose en un nuevo material “perfecto en origen, perfecto en destino”. En este sentido, García recuerda que, en esta nueva generación de calabacines, “primamos la postcosecha”, sobre todo teniendo en cuenta el aumento de las exportaciones en los últimos años.
Según el último Análisis de la Campaña Hortofrutícola de Cajamar, relativo al ejercicio 2019/2020, las exportaciones de calabacín almeriense sumaron 338.971 toneladas, un 10% más que un año antes y casi un 30% más que en la campaña 2016/2017.