El año, según cultivos
La campaña de frutos rojos, ya prácticamente finalizada para la fresa y aún con recorrido para arándano y frambuesa, “está siendo buena a nivel comercial”, comenta Harold Huot, gerente de Surberry. En frambuesa, destaca la estabilidad de sus precios en el mercado global, así como la calidad de la fruta, si bien reconoce que problemas logísticos como la huelga del transporte y el aumento de costes han supuesto un hándicap para el sector durante toda la campaña.
En el caso de la fresa, la climatología ha mermado las producciones hasta el punto de que ni siquiera los mejores precios han podido compensar la pérdida de kilos. La única nota positiva ha sido la buena calidad de la fruta.
Por último, y en lo que respecta al arándano, Huot lamenta que los precios, en general, “nunca han sido buenos”. La campaña de Sudamérica se ha alargado, mientras que, ni en España ni en Marruecos, los volúmenes de fruta precoz fueron los deseables; además, llegaron tarde. Huot afirma que precocidad, producción y calidad son fundamentales en este mercado.
El consumo, en stand by
El gerente de Surberry lamenta que el sector no puede repercutir sus mayores costes en el precio final del producto, ya que “son muchas las razones macroeconómicas que impiden a los consumidores pagar más”, entre ellas el aumento de la inflación a causa de la crisis del COVID-19 y, posteriormente, la guerra en Ucrania. “Todo está subiendo”, insiste y reconoce que, con el poder adquisitivo a la baja, “el consumidor gasta menos en frutos rojos, ya que no los considera productos de primera necesidad”.