Con esta alianza se pretende dar una solución global, para poder aprovechar todo el potencial agrícola del suelo. Los organismos que habitan el suelo son imprescindibles para sostener diversos procesos funcionales del suelo. De la estructura del suelo va a depender el manejo de variables como el riego y la fertilización.
Mientras que, la actividad microbiológica del suelo influye de forma determinante en la productividad del cultivo. Dichas propiedades biológicas del suelo se evaluarán de manera indirecta a través de la cuantificación de la actividad enzimática del suelo. A partir esta tecnología, se podrá conocer la calidad del suelo, el potencial productivo, y que parámetros se deben reforzar para obtener mayores producciones agrícolas de manera sostenible. Además, determinar la patogeneicidad del suelo permitirá poder anticipar situaciones potencialmente desfavorables para el cultivo.
Actualmente Greenfield Technologies realiza caracterización de suelo utilizando la tecnología de electromagnetismo geofísico y GPS. “En la actualidad, el uso de nuevas tecnologías cómo el mapeo de suelos permite determinar de forma precisa las características físico-químicas del suelo con gran exactitud, permitiendo que los agricultores puedan hacer un uso aún más eficiente de los recursos disponibles, mejorando y optimizando la programación de riego en base a las características del suelo, el uso de dosis de siembra y abonado variable” – Miguel Córdoba, CEO de Greenfield Technologies.
Por su parte, Ideagro, empresa independiente de investigación aplicada con amplia experiencia en la determinación y análisis de las propiedades biológicas del suelo, complementará el servicio ofrecido por Greenfield Technologies. Esta importante alianza va a permitir que los agricultores cuenten con una herramienta precisa a la hora de diseñar la plantación o para la optimización de plantaciones ya establecidas, aprovechando al máximo un recurso muy valioso como es el suelo.
Como indica Pedro Palazón, CEO de IDEAGRO: “el suelo es un sistema vivo, dinámico, no renovable y de cuya condición y funcionamiento depende no solo la agricultura sino también de los ecosistemas. En la actualidad, es necesario conocer a los organismos que viven y trabajan en el suelo, saber cuáles son sus acciones, y trasmitir adecuadamente al agricultor como puede, y debe intervenir para mantener y acrecentar la fertilidad de los suelos cultivados utilizando a los microorganismos en su favor.”.